“Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz”
(Evangelio de Marcos 4:22/La Biblia RVR 1960)
El hombre puede burlar a la ley humana, puede vivir y morir en la impunidad, puede salir victorioso en todo juicio de valoración en su contra, argumentando la mentira, el soborno, el cinismo o el amedrentamiento de sus acusadores; pero, no podrá eludir la justicia divina, ante la cual está completamente descubierto.
En la coyuntura peruana de la censura a la ex premier más política y dialogante del actual gobierno, (y a la cual pretenden mancillar los medios revoltosos), y en la posibilidad de aprobar o censurar al nuevo premier, por la oposición vociferante y pantomímica; al ejecutivo solo le queda aplicar la ley, sin dudas y sin rodeos. Es decir, si aprueban al nuevo premier, a buena hora; si lo censuran, el ejecutivo tendrá que hacer exactamente lo que dice la constitución, despedir al actual congreso y convocar a nuevas elecciones congresal. Si no lo hace, el ejecutivo será censurado y vacado, por no cumplir la ordenanza de la constitución peruana.
Hace poco en los medios corría el titular: “Una Lista Negra”; para enganchar a esos personajes públicos, especialmente del gobierno, a los cuales critican destructivamente y asedian sin tregua. Una lista negra en la cual, más que seguro, están exonerados todos los nombres de los verdaderamente corruptos.
La insinuante y mediática “lista negra” era ridícula, como ridícula la acusación sin pruebas reales y certificadas, de “usurpación de funciones” contra la primera dama del Perú; acusación recibida por el Poder del Estado más penetrado por crímenes económicos de las mafias delincuenciales de “alto vuelo”. Es de conocimiento público, que esta institución judicial tiene a su cargo los grandes casos de corrupción y delitos, más sonados en nuestro país, pero en cada uno de esos casos se encuentran comprometidos sus autoridades más representativas: fiscales, jueces, procuradores y hasta tinterillos. Los casos Ancash, Chiclayo, Orellana y ahora último, el caso Oropeza; son algunos ejemplos. Por esa razón, esta institución cada cierto tiempo, gusta de soltar mediáticamente algunos casos menores contradictorios y con aire de escándalo, para desviar la atención pública de los grandes casos, en los cuales está comprometida hasta el cuello. Si debiera hacerse una Lista Negra de esta institución, de los más gravemente comprometidos por su cargo y tipificación de delitos, por lo menos la lista pasaría la centena de nombres.
Ahora, a todos los peruanos nos “ha explotado en el rostro” una triste realidad, al enterarnos de las diferentes casas residenciales confiscadas a los delincuentes de “alto vuelo”, para resarcir su deuda económica judicializada a favor del Estado; casas que han sido habitadas por sospechosos personajes y como si fuera terreno baldío. Prácticamente, este hecho es una burla de la delincuencia; burla que alardea de la audacia de los delincuentes y que transmite un mensaje a la ciudadanía: “Que han convertido en su chacra a la justicia peruana”.
Y nuevamente se evidencia la proximidad de los “narcos” con los políticos, en el “caso Oropeza”; hemos venido escuchando de los “narcos inquilinos”, “narcos portátil propagandista del partido político X”, “narcos partidarios”, “narcos indultados”. Y recientemente escuchamos de “narcos invasores de viviendas del Estado” y de “narcos amigos”, muy próximo a uno de los partidos políticos históricos, que hoy son dirigidos por su cúpula de “líderes anti-históricos”. (Porque todo ser pragmático, se interesa exclusivamente por el presente lucrativo; le importa muy poco la historia pasada y muy poco la historia futura).
La ciudadanía despierta a esta triste realidad; realidad no enfocada por esos medios concentrados que han mantenido distraída a la opinión pública, en lo político, inventando noticias o tonteras, para ejercer una persecución política a las autoridades emblemáticas de este gobierno, y de esta manera torcerle la mano al ejecutivo, para que sirva al pedido de sus patrones. Ayer fue Conga, hoy se trata de imponerle a los Arequipeños a “Tía María”, sin dudas ni murmuraciones.
Estos medios concentrados han venido lavándole la cara a los corruptos evidentes; y han venido estorbando al conocimiento de la realidad de la corrupción en el Perú. Y de manera descarada, se han venido perfilando como auténticos usurpadores de la representación del pueblo y del poder político.
¡Insisto!; los ciudadanos ya no somos los de hace 20 o 30 años; y no vamos a seguir tolerando a esa prensa manipuladora y mentirosa. Vivimos hoy, una Revolución tecnológica que ha democratizado la comunicación y la información, y es inevitable que la ciudadanía dentro de poco, experimente un proceso de madurez, para escalar al nivel de una “ciudadanía global e inteligentemente contestataria”.
¿Una lista negra? ¡Ojalá! Para identificar y juzgar a los verdaderos y grandes corruptos, cómplices de crímenes económicos, contra el bien común y el orden de la sociedad peruana.
(C.A.S.)/ Un peruano indignado y una opinión personal