Una lectura de los hechos

Introducción

 

El pueblo en su mayoría, o mejor dicho la clase popular urbana o campesina, tiene una manera especial de hacer su lectura de los acontecimientos de las historias recientes; más que entender “las palabras que explican o describen lo acontecido”; esa mayoría “hace su propia lectura de los hechos”. Es decir, ellos “leen los hechos”; más que “las palabras”.

 

Y en esa lectura especial, ellos consideran que su “presidente al que ellos votaron”; estaba en el palacio, y ahora está preso. Y que esos “medios de comunicación” odiadores de su presidente, continúan “vomitando su desprecio”; y eso los enardece.

 

Un periodista en un medio extranjero, criticando sugería que debiera darse una condición como requisito, para los que quieran ser presidentes del Perú; que debieran ser personas preparadas.

 

Pero, este señor no se en que burbuja vive; pues, mundialmente y es constatable, que los que más “roban y conviven con la corrupción”, son los “más educados”. Y “el mundo está de cabeza” y con “una amenaza de extinción”, sin avizorarse una reversión de esta situación; gracias a las inteligencias y preparación de los más desarrollados.

 

Fue un clásico autogolpe

 

 

Efectivamente, fue una declaración leída de autogolpe, que parecía emular a Fujimori o Vizcarra, concluyendo de facto como se dio con “el cierre del congreso”. Pero, en esta declaración, se veía a un presidente perturbado y nervioso; que fue llevado inmediatamente, según la narrativa de los medios, en tiempo real, hacia una embajada. E interceptado escenográficamente, como en esos montajes de película y llevado a la Prefectura de Lima.

 

Los medios odiadores, empezaron a ensayar calificativos para “este supuesto golpe de Castillo”, en tiempo real, como “una cortina para huir, porque sabía que lo vacarían, y él era un cobarde”. “Era un golpe bobo, de acuerdo con sus limitaciones”. “Que fueron sus asesores los que lo indujeron”. “Que el heroico alto mando de su gobierno se opuso a seguir sus órdenes”.

 

Inmediatamente, detenido Castillo, las autoridades fueron al palacio para vaciar todos los archivos, documentos y audiovisuales, para supuestamente lacrarlo y ponerlo a buen recaudo. (Entre estos archivos, seguramente todos los contratos con los intermediarios conocidos de los empresarios; y el vídeo de la corte de esos mandos presentes en su declaración de autogolpe).

 

Para ser más convincentes, en el relato del autogolpe teórico de Castillo, los mandos cercanos a Castillo empezaron a dar públicamente un “testimonio vago” de lo sucedido. Mas o menos, es como se les escucha en entrelínea: “Había una puerta; yo estaba dentro, pero no era yo”. “Yo estaba fuera, pero dentro”. “Yo no conocía a los que estaban allí, pero yo los conocía”.

 

Y lo más pintoresco; “yo estaba presente cuando el presidente Castillo leía, pero yo no era parte de este golpe, yo solo estaba allí.”

 

Se acusó y se sentenció a Castillo por “flagrancia de delito de rebelión”, a él solito; por leer una declaración de autogolpe, aparentemente presionado. Delito que no tipifica. No se le permitió que el abogado idóneo, llamado por sus familiares, ejerciera la defensa. Ni ningún otro particular solicitado por Castillo; solo se le concedió un abogado de oficio, que se les designa a los indigentes carcelarios.

 

El congreso, saltándose sus propios reglamentos y pautas constitucionales; y con un voto faltante de 101, cuando debería ser de 104; “vacaron antirreglamentariamente al presidente Castillo”. Convirtiéndose técnicamente, y por puesta de mano, en “un congreso golpista”.

 

Y todo esto pasó en el Perú, en el lapso aproximado de 7 días; con una nueva presidenta y una Cartera Ministerial, cuyos personajes no tienen mejores antecedentes que los anteriores de Castillo.

 

En conclusión, ¿calificamos lo sucedido como un “autogolpe” ?; sí, pero, como “un autogolpe de los poderes facticos de siempre y de todos contra Castillo”.

 

Cierren el congreso

 

 

Es un clamor popular la Renuncia de la señora Dina Boluarte, de la presidencia de la república; y del cierre del congreso golpista. Para de esta manera pacificar el país; y evitar las pérdidas de las valiosas vidas humanas. Yo me sumo a este clamor popular.

 

Algunos ministros que han sido parte del Gabinete de Dina Boluarte, han renunciado conscientemente, por las muertes que ya suman una veintena y piden hacer caso al clamor popular.

 

Pero, la señora ha militarizado el país y pausado las garantías constitucionales de los ciudadanos; y se dan arrestos como en los tiempos pasados, sin entender que vivimos los tiempos modernos, y que estas manifestaciones en su mayoría son “protestas legítimamente ciudadanas”.

 

Me parece que este congreso actual es una muestra, de esa desconexión existente entre el pueblo y los legisladores que debieran representarlo. Ellos todavía quieren quedarse dicen, para hacer una reforma de la constitución y así poder evitar estos cruces de poderes. Pero ¿a representación o intereses de quienes pretenden hacer reformas de ley? Porque esta pretensión lo que pone en evidencia, es que tratan de cumplir los encargos de los poderes facticos; que cada vez que dan su golpe, empiezan a promover reformas que hacen más elásticas las leyes y normas, para manotear a los políticos, y seguir usurpando “el poder real del pueblo representado en la instancia legislativa.”

 

Nos hemos quedado sorprendidos de lo infectado que está el Estado Peruano, de mafias que descaradamente se han mostrado ante el público, para desacreditar a Castillo. Y que seguramente, seguirán operando anónimamente como subalternos de esas grandes mafias, que como “garrapatas” se han prendido del Estado, sustrayendo los bienes públicos para su beneficio particular.

 

Un periodista peruano a voz en cuello decía, que no podían estar aceptando el “gobierno desacreditado de Castillo”, por los años que le restaban de su gobierno; que eso era “intolerable”. Sin embargo, estos periodistas han estado calladitos y sobrellevando lucrativamente, durante 30 años, la Gran Corrupción de las Constructoras, entre los cuales también se encontraba la empresa de su jefe.

 

Y ahora dicen, desde su imaginario, que han salvado al Perú; ¿de qué? ¿O de quiénes? Porque lo que percibimos es que la misma Gran Corrupción de los 30 años de robo al Perú, ¿vuelve para 30 años más?

 

Y son estos medios que enfocan a los políticos como los culpables de la corrupción existente en el Perú; pero ocultando de sus cámaras a estos empresarios, grandes corruptores y corruptos, que hemos visto que se mantienen impune desde entonces.

 

Los poderes factico paralelos, desde Kuczynski nos mantienen estratégicamente con gobiernos y congresos fallidos, mediante cambio de personajes presidenciales y golpes suaves, como este último.

 

Ganando de esta historia repetida ¿qué? Pues, que el pueblo no se pueda organizar ni administrar su economía. Y que no haya habido rendición de cuentas de estos gobiernos y congresos fallidos.

 

 

¡Lee la Biblia!

 

 

(C.A.S.) Una opinión del momento coyuntural.