Un Mundo Ideal

El hombre rico y acaparador, se decía a sí mismo: “… ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?" (Lucas12:17-20)

En esta Parábola del “Rico Insensato”, Jesús pone en evidencia el ideal de los ricos en base a sus fortunas, ¿cuál es? Acrecentarlas, acapararlas, ensancharlas en toda la tierra y disfrutar egoístamente de ellas. Es interesante que el poder desde siempre estuviera ligado a la riqueza; y que el ideal de los poderosos desde la época más remota de la historia de la humanidad, ha sido el dominio del mundo entero y de todos sus pueblos, para su particular aprovechamiento.

Un mundo ideal ha sido el proyecto de todas las generaciones pasadas bajo este sol; al menos hasta que la globalización lo omitió, para impregnar una sola idea en la mentalidad de los gobernantes en el planeta: “Hacernos ricos a costa de otros”.

Entre las muchas acepciones de diccionario sobre lo que es una idea, recogemos que “una idea es la imagen o representación de un objeto o de una realidad grabada en la mente; es el ingenio inventivo para cambiar una realidad; es el proyecto de un mundo mejor”

Si la idea es la imagen o representación de una realidad; esta imagen ideal se ve apabullada por la era gráfica que vivimos o de la imagen digital y computarizada, que reproducen una variedad y cantidad sin fin de imágenes, que no enriquecen, desgraciadamente, a las imágenes ideales; porque solo reflejan lo más ordinario de lo recóndito del alma humana.

Fueron los grandes ideales que aportó cada generación que lograron a nuestro mundo civilizado: “Los derechos humanos e universales”; “el fin de la esclavitud”; “la igualdad y respeto entre las razas ”; “las naciones unidas en cooperación por la paz”; “los actos heroicos”; “la soberanía de los pueblos”; “los sistemas democráticos”; “la filantropía y la solidaridad”; “ la ciencia y la cultura”, que tanto bien han hecho a nuestro mundo, se generaron en el empeño del alma humana, de un mundo ideal, en el sentido de bien y de justicia.

Fue un plagio del cristianismo, lo que otrora partido político ideologizó, en ese ideal de un mundo comunista, igualitario, sin ricos ni pobres; y su mayor error fue empeñarse en lograrlo por el método del terror, la violencia y la destrucción de sociedades desarrolladas. “La sociedad sin clases”, fue el proyecto de Jesús, el Mesías, el fundador del cristianismo; la sociedad sin clases existe y se mantiene hasta el día de hoy. Es la Iglesia de Cristo, la que tiene a Dios como su centro de adoración; la que está conformada por seres humanos que ponen en práctica el “mandamiento del amor al prójimo”, teniendo en común todas las cosas y rigiéndose por un reino de conciencia, bajo los principios del Evangelio del Señor Jesucristo.

Un mundo ideal podría ser la actual globalización de las sociedades del mundo; globalización que ha obviado fronteras para acercar y comunicar a las naciones; globalización en un mismo sistema económico para beneficiar a todos por igual. Pero el problema de la actual globalización, se debe a que es puramente comercial y que cada parte del mundo busca que ganar de la otra parte. Así que la actual globalización, está marcada por la codicia, la mezquindad y el egoísmo de los más ricos.

Antaño, los héroes de historietas y personajes de la pantalla chica, personificaban a la lucha entre el bien y el mal. Y tenían en común que eran incorruptibles, sacrificados y respetaban la vida aún de sus enemigos; hoy los héroes son asesinos en serie, maleantes, gente de mal vivir, narcotraficantes, personajes corruptos que se enriquecen a toda costa y que viven en la más descarada impunidad. Matando ese ideal de un mundo perfecto.

Las ideas para un mejor mundo son necesarias, si queremos corregir los males actuales; no es posible que la sola ideología de los ricos prevalezca, considerando la vida y la cultura de los pueblos como una mera utilidad.

Yo sueño en un mundo ideal, en donde todos somos iguales, en donde los ricos se despojan de sus bienes, para crear una sociedad sin clases y solidaria. Sueño en un mundo justo y en que sus gobernantes son personas de bien. Sueño con una nueva cultura que comprenda a la humanidad toda como una sola, que respeta a la vida y que entienda que la habitación planetaria debe ser protegida, si queremos un futuro. Sueño en que el bien vence al mal y que el mundo es un lugar seguro. Sueño en un mundo superado de insensatez y de esos absurdos actos auto destructores. Sueño en que lo más preciado en el mundo es la vida y la libertad.

Si no pensáramos en un mundo ideal, entonces solo nos queda esperar que acabemos al final, como comida de gusanos de la tierra, Pero, en el alma humana hay una grandeza que va más allá de sus defectos y mezquindades.

La Biblia nos enseña que si solo esperamos de esta vida nuestro bien o nuestro mal: entonces somos “los más dignos de làstima "  entre todos los hombres. (1 Corintios 15:19)

Y Jesús le dijo al joven rico: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” (Mateo 19:21)

Seguir a Jesús, es servir al prójimo; seguir a Jesús es optar por aquellos valores trascendentales del alma humana.

¡Lee la Biblia !

(C.A.S.) Una reflexión sobre otro tipo de oro como búsqueda del alma.