“Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera Dios juzgará.”
(La Biblia/RVR 1960/Apóstol Pablo/1ra. Corintios 5:12,13)
La Iglesia Cristiana es como un circulo perfectamente cerrado, y en cuyo centro está Cristo, fundamento y cabeza de esta comunidad de creyentes. Por tanto, no cabe en la iglesia cristiana ideas, practicas, intereses, ni filosofías extrañas a su fundador. Pero, a la vez, la Iglesia Cristiana es como un circulo perfectamente abierto para el pecador que se arrepiente y busca la salvación en Cristo. Hay un lugar, por tanto, dentro de la iglesia cristiana, para todos los que buscan la justicia perfecta de Dios.
En este proceso electoral presidencial de segunda vuelta, los peruanos buena gente, vamos rumbo al 5 de junio, asumiendo estas elecciones como un proceso habitualmente normal, con dos opciones a escoger. Pero, éste es un proceso electoral “anómalo y trastocado” por los poderes fácticos y por el dictamen parcial y prevaricador, de un jurado que hizo valer una misma norma de ley, para quitar de la competencia a los candidatos que estaban favoritos en la primera vuelta, y para mantener en carrera a la candidata que hoy compite en la segunda vuelta.
Votar por PPK, es votar por el balance democrático de poder del próximo gobierno de turno; dicen algunos. Votar por Keiko, es votar por la entrega de todo el poder hacia un solo lado; para un próximo gobierno que lo tendría todo fácil para hacer y deshacer, dicen otros.
De estos dos debates dominicales presidencialistas, entre estos dos únicos candidatos, nos queda claro esa tendencia que hubo de parte de algunos comentaristas, de convertir el debate en “un concurso de Mis o Mr. simpatía”, para obviar los contenidos de los argumentos de cada uno de ellos. Aunque en la impresión pública general, Keiko quedo como la ganadora del concurso de “Mis simpatías”, si de eso se trataba el debate, por su manera de gesticular su oratoria. Pero, PPK quedó como “el campeón” de los argumentos con contenidos y proyectos de planes de gobierno.
Un tema ausente en el debate fue ¿cómo lidiar y parar “los monopolios de unas cuantas empresas”?, ¿qué acaparan todos los negocios de obras y servicios habidos y por haber, de los proyectos y recursos públicos?, monopolios que hacen tan igual o más daño que la corrupción; porque no permite al país desarrollarse sanamente, peruanamente, nacionalmente, empresarialmente. ¿El monopolio es contra la ley peruana? Por supuesto que sí. Y todo país con dignidad lo enfrenta con la ley; para evitar que se generen contra poderes que funjan ser otro estado paralelo.
Como todo se llega a saber, hubo una frase que se mantuvo en los debates, de parte de la candidata y de su entorno de publicistas; que la candidata Keiko ha desarrollado una campaña política para afianzar su partido político, desde “hace cinco años”. Y no hay campaña sin un plan o estrategia publicitaria. Esto significa que, en estos cinco años, la candidata a logrado integrar un séquito de periodistas, y una estrategia publicitaria. Ahora tiene sentido frases como “roba, pero hace obra”; “el esculcar la vida personal de personajes políticos, para desprestigiarlo”, “el ataque mediático constante a la actual primera dama, acusándola desproporcionalmente de corrupción en relación a delitos cometidos por verdaderos corruptos, que están actualmente presos, fugados y con un perfil bajo”. Hace poco escuchaba decir a un inteligente analista político, que ya se puso figurativamente el polo naranja, “que en el Perú hay más un antinadidismo, que un antifujimorismo”; (eso era lo que pretendía la estrategia publicitaria de ese séquito mediático); pero, por supuesto las dos marchas multitudinarias antifujimoristas, dice todo lo contrario. Ahora tiene sentido, ese cambio de militancia partidaria de políticos y personajes que hoy integran el actual partido de la candidata naranja; antes del cambio, los más emblemáticos, seguían el coro de ataque al ejecutivo.
En conclusión, como decía alguien, “todo está fríamente calculado”; incluso el hecho de que sea PPK el competidor en esta segunda vuelta, y no Verónica. Lo que se espera en esta lógica, es que la candidata sea la ganadora del sillón presidencial. Pero, no se esperaban el respaldo democrático que tendría PPK. Y ahora lo que preocupa es, usando la siguiente lógica, si han invertido en estos cinco años de campaña política mediática, integrando al partido a buenos y malos, ¿estarán dispuestos a perder democráticamente estas elecciones? No vaya a suceder que un nuevo protagonismo de un jurado electoral nos salga con el cuento de: “papelito manda”; y concluya que ganó la candidata fujimorista.
Porque si el proceso actual se diera de manera transparente; basado en los datos reales y en la lógica, el ganador indiscutible de estas elecciones debe ser PPK. Pero, como este proceso electoral está trastocado; es posible que basados en los datos sensacionalistas que se anticipan a la lectura oficial de los resultados, y so pretexto de “votos en blanco”, como en la primera vuelta, se dé por ganadora a la candidata Fujimori.
Yo nunca he votado en blanco, porque lo considero irresponsable y al margen de la historia; yo voté por el sr. Humala, y me parece que he sido consecuente y no he sido defraudado en mi elección. Y no me he creído el cuento de los ricos que lo tachan como un “mal presidente”, porque hubieran querido que impusiera a “sangre y fuego” los proyectos mineros, sin consulta previa ni respeto a la población; pero, como no ha sido así, eso ha sido el meollo que está detrás de toda una campaña en su contra. No digo con eso que lo haya hecho todo perfecto; pero, la historia lo juzgará como el cuarto presidente de la transición democrática, que hizo obras y se mantuvo hasta el final en las formas democráticas, a pesar de una guerra sucia casi desde el inicio de su gobierno, y de la inconsistencia de sus partidarios.
En esta oportunidad, votaré democráticamente por el sr. PPK; a pesar de mis dudas con respecto a su trayectoria; pero me parece que éste señor está en una edad, en que el hombre maduro y experimentado en su saber, piensa en que lo más importante es “dejar un legado positivo” a la historia familiar y del país.
En fin, pido disculpas si me he excedido en mi opinión presente; pero, en el actual contexto de segunda vuelta en este proceso electoral presidencialista, tómese lo dicho como “simples opiniones electoreras”.
¡Lee la Biblia!
(C.A.S.) /Opiniones electoreras.