Hay que decirlo, en los procesos electorales en la región, las pugnas ideológicas de fondo han sido no las concepciones tradicionales políticas de izquierda o derecha, sino las nuevas corrientes nacionalistas y anti-nacionalistas. Por nacionalismo moderno entiéndase, ese sentido de pertenencia a un suelo, a una cultura, a una historia y a una conciencia de lo nuestro, relacionado a los recursos naturales y a oportunidades de desarrollo y futuro como país; por anti-nacionalismo moderno entiéndase no la mala fe, o la traición, sino la idea de que el capital foráneo, las empresas transnacionales, el intercambio comercial internacional liberado de regulaciones estatales y de nacionalismos, son la única oportunidad de sacar adelante las economías del mundo, y muy especialmente, de las regiones del tercer mundo, integrándolas al juego del libre mercado, en que los tercermundistas son los nuevos comerciantes , que se contentan con las ganancias efectivas del momento del intercambio, pero que no prevén el futuro de país que se está predeterminando en ese juego comercial. En la región, los nacionalismos son una conciencia de que “lo nuestro” está siendo enajenado, administrado y expatriado por la inversión foránea; y que no se percibe una mejora, una ganancia como país hacia un futuro próximo; y se acusa de “vende patria”, o mejor decir: de anti-nacionalistas, a los gobiernos de turno. Y estos gobiernos pro-libre mercado y pro-inversión del gran capital foráneo; justifican los éxitos y beneficios económicos para el país, pero, a partir del éxito de las empresas transnacionales; y afirmando que solo las empresas extranjeras tienen la capacidad de manejar y desarrollar nuestras economías en el nivel internacional; subestimando a los emprendedores y a las inteligencias nacionales; subestimando la inversión en el capital humano nacional y en un desarrollo autóctono como país, a partir del desarrollo de industrias propias. Me llamó mucho la atención, los comentarios de un analista económico, en el programa “Globo Economía” del canal CNN en Español, señalaba este analista que hay una “ausencia de la política” en la región sur de nuestro continente, es decir, no se dan cruces o pasiones ideológicas políticamente hablando, en los procesos electorales. Para luego agregar, que uno de los candidatos peruanos, para las próximas elecciones presidenciales, felizmente no figuraba primero en las encuestas, y que este candidato, es uno de los que “mete miedo al mercado”. Por supuesto, que sufrí una decepción de este economista, que parece cumplía un encargo; y de distinguido comentarista económico, acabo en ese programa siendo un economicista comentarista. ¿Ausencia de política? Al menos aquí en el Perú, pregunto: ¿los paros nacionales y sectoriales, sino no son políticos, que cosa han sido? Y en estos paros, han estado presente las ideologías a las cuales hago referencia: nacionalismos (en la premisa de “lo nuestro”) y los anti- nacionalismos de la represión (en la premisa de la autoridad y el orden del libre mercado). ¿Qué un candidato mete miedo al mercado? Pero, el temor, ¿no es de los que comercian inescrupulosamente y de los que se quieren saltear las leyes para enriquecerse rápido e ilícitamente? Es cierto, que en Perú está vigente un partido de nombre “Nacionalista”; pero, en la región, “los nacionalismos”, son la común conciencia de pertenencia a un pueblo, a una nación, que se quiere ver representada en un gobierno que se preocupe y gobierne para los intereses de su propio país. Y que no están de acuerdo, que con tanta facilidad se enajene los recursos de la patria, poniendo en riesgo su futuro. A la fecha, hay un grupo enorme de connacionales, que están de lado de lo anti-nacional, que consideran que es mejor y más segura, la administración foránea de nuestras economías y recursos; y porque no decirlo, se han acomodado bien en este sistema capitalista-liberal que predomina unilateralmente en nuestra región. Y ahora con todo descaro, declaran que este modelo económico está perfecto; subestimando y despreciando cualquier iniciativa nacionalista de un mejor país. Hoy por hoy, gobiernan los grandes capitalistas, que haciendo uso de malas prácticas, han seducido y vuelto sumisos a los gobiernos y a los medios de la región; manteniendo a su favor privilegios tributarios, facilidades para la compra y venta de bienes públicos y particulares, y distorsionando la realidad nacional, al pintarrajear mediáticamente, un bienestar y futuro progreso de país, que dista mucho de la veracidad. El libre mercado, la adquisición propietaria de los bienes y servicios de una nación, por capitalistas extranjeros, sin regulación, desnaturalizan el orden divino, el derecho y el sentido común de los pueblos, en su fundamento y desarrollo como nación. En la Biblia encontramos que las naciones fueron hechas por Dios; Dios fue quien guió a cada una de ellas y les fijo sus fronteras, para que tengan una identidad, soberanía y administren sus recursos naturales y desarrollo, para beneficio propio; en el libro de los Salmos, encontramos, lo siguiente: 1) “Tú juzgarás a los pueblos con equidad y guiarás a las naciones de la tierra…” (Salmos67:4) 2) “Tú fijaste todas las fronteras de la tierra…” (Salmos: 74:17) 3) “Vendrán todas las naciones que hiciste y te adoraran...” (Salmos 86:9) Todas las guerras primitivas que se han librado en nuestro mundo, han sido por el irrespeto a la soberanía y a los puntos limítrofes que delimitan a una nación; todas las guerras primitivas que se han librado, han sido por ese sentimiento de superioridad y por las codicias de los recursos ajenos, propios de una nación. El periodista peruano independiente y de mayor agudeza analítica, ya desde los comienzos de la transición de una economía social, a una economía capitalista de libre mercado en nuestro país, advertía, que los grandes capitalistas que se avenían a nuestra patria, “no venían a una misión franciscana de ayuda a nuestro pueblo”, sino que “venían a lucrar”, económicamente hablando. Hoy por hoy, son los grandes capitalistas que gobiernan con su imperio económico, y que mantienen un apetito insaciable de lucrar, a costa del futuro de las naciones en la región, que mantienen abierto indefinidamente su mercado interno, ofreciendo sus materias primas y servicios. Jesús, el Señor, en sus grandes enseñanzas, nos habló de tres clases de ricos: 1) El rico incapaz de encajar en el sistema de todos, y que opta por excluir a los demás, en los beneficios de sus riquezas materiales. (Marcos 10:24,25) 2) El rico insensato que acumula ilimitadamente riquezas, sin tomar conciencia que su vida y sus bienes no son eternos. (Lucas 12: 20) 3) El rico egoísta condenado a un lugar final de tormento. (Lucas 16:25) En conclusión, solo hay ideológicamente dos opciones para desarrollarnos como país: de manera nacionalista, invirtiendo en capital humano, en industria, administrando con identidad nacional, regulando y ajustando el nuevo sistema económico de libre mercado, para beneficio y desarrollo futuro de todos los connacionales. La otra opción es desarrollarnos de manera anti-nacional, privilegiando a la gran inversión, privatizando todo lo que todavía nos queda de recursos y espacios geográficos, y postergando todo proyecto futuro de país. En esa conciencia nacionalista, se usa una expresión de dignidad, cuando percibimos lo disparejo de los beneficios para el futuro del país, si los gobiernos siguen evadiendo su responsabilidad de regular el mercado transnacional, “no queremos convertirnos en un país bananero”. Pero, lo más dramático será, de seguir desregulándose el mercado y de seguir postergándose el futuro de país que queremos llegar a ser; será que tarde despertaremos, y nos daremos cuenta que nuestra región ha sido convertida en colonias económicas. Y tarde queramos luchar por nuestra dignidad nacional, y tarde tomaremos conciencia de la gran desventaja en que nos encontramos como país, desventaja a la cual nos hemos sentenciados nosotros mismos, por no proyectarnos hacia un futuro como nación. Estados Unidos y Europa siguen con su traba económica; y las opciones para superarlo, sigue siendo “el salvataje económico”. Y de paso, tratan de mantener el sistema económico impuesto al mundo. “No hay peor ciego, que él no quiera ver”; reza este dicho. Este sistema financiero económico, sin regulación, ya se cayó hace tiempo; y nada menos que en la misma cuna de su origen. “¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados….! ¡Ay de vosotros los que ahora reís...!“ (Lucas 6:25) Las injusticias y los delitos, podrán evadirse de la justicia humana, pero, no de la divina.
Clasifíquese como una abstracción personal/ C.A.S.
Nota.- Lamentamos el drama reciente de la nación japonesa, por el terrible terremoto, tsunami y posteriores consecuencias de dicho evento catastrófico. Les vuelvo a reiterar la invitación especial, de parte de Dios, oren y pidan misericordia al divino, El está dispuesto a detener los azotes de la naturaleza. Solo clamen a Él; su justicia pasea por toda la tierra, y está anunciando que hay un Dios en los cielos, y que nadie puede decirle “¿qué haces?”. Gobiernos de la tierra, ¡oren a Dios y pidan misericordia! Cristianos, cada uno en su lugar, intercedan, Dios está buscando, quien interceda por los pueblos del mundo. Levanten su mano, y conocerán quien es su Dios.