“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.”
(Libro de Apocalipsis o Revelación 16: 13,14/RVR 1960)
Jesús de Nazareth, el Mesías Victorioso e Hijo de Dios, nos dejó la enseñanza acerca de la naturaleza del diablo; nos dijo que el “diablo es el padre de la mentira y del engaño”. El es el inventor de todos los Fake News. De aquellas “falsas noticias” que desinforman; y especialmente, de aquellas “falsas noticias” que ocultan actos criminales, robos y genocidios.
En el texto bíblico del Libro de Revelación de Jesucristo, que aludimos al inicio, se declara que, en los días finales serán “espíritus de demonios engañadores” que recorrerán el mundo, para engañar a los gobernantes del planeta, y de esta manera enfrentarlos contra todos sus valores tradicionales familiares, humanos y cristianos, y contra todo lo que sea el Nombre del Dios Todopoderoso.
Es decir, en este “virus del engaño demoníaco”, los más vulnerables serán los gobernantes de toda la tierra; especialmente, “aquellos que no conocen a Dios”; y “aquellos que, conociendo a Dios, no priorizan las verdades cardinales de la Biblia”; y “aquellos que hacen pacto con las grandes fortunas, sin importarle el destino del pueblo bajo su mando”. Y especialmente, “aquellos que creen haber encontrado una eficaz arma secreta y que obtendrán gratuitamente la ciencia de estos extraños; o que creen quedarán impunes ante el ojo de la Justicia de Dios”.
Nunca como en estos tiempos, hemos visto y experimentado como pueblos del mundo, medidas tan desatinadas que atentan contra la salud, la libertad, los derechos y las economías de sus ciudadanos; siguiendo nuestros gobernantes los “protocolos de los grandes intereses privados”, que es el de mantener una absurda “cuarentena”, parcial, total, familiar o religiosa, para que de acuerdo a esta “plandemia”, a la gente se le inculque el pensamiento, de que “la única salida de esta cuarentena es “la vacuna con su chip de regalo y con ley de obligatoriedad”.
Con el distanciamiento social, estamos evitando que esa gran multitud, que se presenta paralelamente en las estadísticas de los casos del COVID-19, en el rubro de gente que se ha recuperado; como, además, de esa multitud de gente asintomática (que ha vencido al virus generando su propia inmunidad natural); conformen esa inmunidad colectiva o de rebaño, o como un escudo social contra cualquier virus. Y con la mascarilla que la OMS, no ha señalado para uso general, sino de personal médico y ámbitos hospitalarios, en su tratamiento con casos de enfermedad; solo nos estamos auto infectando y dañando nuestro sistema inmunológico.
Las “cuarentenas” aplicadas antes, no tienen ninguna experiencia positiva en lo que se relaciona a la salud colectiva; y ahora no afectará para lo mejor ni ayudará en nada. Lo único objetivo de la “cuarentena”, es que ha quebrado nuestro sistema de vida y nuestras economías.
Nuestros gobernantes se han dejado llevar por la propaganda de las corporaciones que han puesto su publicidad, en esos medios de comunicación, que mañana, tarde y noche, mantienen esa cantaleta de cifras y contagiados, en base a esos falsos positivos que se obtienen como resultados improbables de esas “pruebas rápidas”. Y ahora viene la campaña de estos medios, para vender la “vacuna” al Estado. Pero, la pregunta es, ¿la vacuna de cuál de las corporaciones van a estar promocionando?
Nuestros gobernantes que son hoy, los más vulnerables al “virus del engaño”; no han tomado a la fecha, ninguna medida que de verdad sean para el bien de nuestro pueblo; porque hasta ahora todas sus medidas atentan, reitero, contra nuestra salud, libertad, derechos, economía y sistema de vida. Y muy a nuestro pesar, podríamos reconocer, en la mayoría de los casos, que nuestros gobernantes están chantajeados, seducidos o amenazados por los grandes intereses.
Así que no podemos esperar sino de nuestra propia organización como ciudadanos, el de hacer respetar nuestros derechos y libertades. Porque, además, para colmo, no solo el gobierno no nos representa; sino que tampoco tenemos representación alguna, ni sindical, ni política, ni constitucional; porque todo se está tirando por la borda de la inmovilidad, del miedo y de la apatía. Y muy pocos medios expresan nuestros intereses ciudadanos.
Ningún protocolo de salud, dado por iniciativa oficial o por el órgano internacional competente, nos ha salvado o ha hecho que recuperemos nuestra salud; sino aquellos protocolos que extraoficialmente fueron implementados, “por médicos y científicos” que se han dedicado a lo que es su vocación, “salvar vidas” y poner su conocimiento al servicio del bienestar de sus semejantes. Benditos sean todos ellos; y que la protección de Dios los acompañe en toda su carrera.
Nuestros gobernantes son los más vulnerables al “virus del engaño”; algo tendremos que hacer, para ayudarlos a liberarse.
Me despido con este dicho, que ya corre en las redes sociales, por estos personajes, hijos de la verdad, que se han ganado a pulso, su propio espacio o plataforma social, desde donde difunden su voz crítica y positiva: “¡Cuidado!, la bestia nos escucha, y nos puede desaparecer con sus algoritmos”.
¡Lee la Biblia!
(C.A.S.) /Una reflexión y preocupación compartida en voz alta.