“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; …
El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.”
(Libro de los Hechos de los Apóstoles, 2:17,20/RVR 1960)
Este texto profético apocalíptico antiguo testamentario del profeta “Joel”, es un texto aludido por el apóstol Pedro, en el primer Mensaje Cristiano multilingüe, dado en Jerusalén, en el contexto del Pentecostés Justificando así el milagro del don de idiomas, que Dios dio a sus apóstoles, por lo que la gente reunida alrededor de la casa conocida como “el Aposento Alto”, escuchaba este mensaje en sus propios idiomas.
Con esta visitación de Dios a sus creyentes, la primera Iglesia Cristiana es inaugurada, convirtiéndose casi de inmediato, en una iglesia multitudinaria y eficaz en su mensaje al mundo.
El derramamiento del Espíritu de Dios, fue la experiencia inicial de la Iglesia del Señor; pero, la Iglesia de hoy, deberá aludir en su mensaje, a las señales del fin de los tiempos que ya es evidente e ineludible.
“El sol convertido en tinieblas”; además de ser explicado como un eclipse, en la profecía de “Joel” se hace la referencia a la humarada de ceniza volcánica que permanece suspendida en el aire ennegreciendo panorámicamente el brillo solar. En nuestros tiempos actuales, este fenómeno de ceniza volcánica suspendida por meses en el aire, ya es un fenómeno conocido y recurrente, en algunas regiones de nuestro mundo, a causa de la re-activación natural volcánica.
“La luna de sangre”; es un fenómeno astronómico que puede ser explicado científicamente, como un eclipse lunar, cuando este satélite pasa en el punto central de la zona del umbral de la tierra, mostrando esa apariencia de color rojizo. Lo interesante de esta última tétrada de “lunas rojas”, es que no sucedía un fenómeno así, desde hace 32 años, (1982); hasta que se dio la primera “luna de sangre” el 15 de abril del 2014; la segunda en octubre del mismo año; la tercera fue en abril del 2015 y la cuarta y última, fue el 28 de septiembre del mismo 2015. Este fenómeno astronómico debe ser entendido como “una señal de los tiempos que vivimos”; y según el profeta “Joel”, esta señal nos anuncia las vísperas de “el retorno del Señor a la tierra”.
Lo importante del lenguaje profético que Dios utiliza, es que Él nos habla también, mediante los eventos de la naturaleza; y lo interesante es que cuando Dios nos habla proféticamente, es reiterativo en su Mensaje; es decir, nos repite una y otra vez el mismo mensaje, como esperando que lo recordemos y tomemos conciencia de los tiempos que vivimos. Hemos tenido cuatro “Lunas de sangre”; para nosotros los creyentes debe significar lo reiterativo de la “voz de Dios”.
“Las dos últimas señales faltantes del fin de los tiempos, en el plano geopolítico y de la historia universal, es la explosiva “guerra mundial del Armagedón” y la manifestación del engendro humano-demoníaco anunciado bíblicamente como “el anticristo”.
Después de la última “luna de sangre” del 28 de septiembre del 2015; vino el desconcertante atentado yihadista "Estado Islámico" contra la cotidianidad de la vida social, política y cultural de los parisienses, dejando como resultado más de una centena de muertos y casi dos centenares de heridos; esto fue el 13 de noviembre del mismo 2015.
Este grupo radical “Estado Islámico”, le ha declarado la guerra “del terror” al mundo occidental, cumpliendo así la profecía en Génesis 16: 12, con respecto a su destino final: “Y él será un hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él…”
Este grupo radical "Estado Islámico" ¿será la mecha que incendiará la guerra del Armagedón?
Nos sorprende la cantidad de adeptos extranjeros y de naturales, que tiene este grupo ideológico; pero, debemos reconocerlo, las condiciones están dadas para generar estos tipos de radicalismos violentos. Estas condiciones son las injusticias y crímenes económicos que se mantienen en la impunidad, despreciando los intereses de las grandes mayorías en el planeta; y el resentimiento natural a causa de largas historias asfixiantes de colonialismos y tutelajes, que mantienen intervenido a la mayoría de los Estados árabes.
Los pensadores cristianos caracterizaron los finales del Siglo XX como la “era post cristiana”; entendiéndose por esta caracterización, que los países y el mundo que habían sido influenciados y formados por los valores cristianos, ahora lo estaban abandonando; para secularizar su filosofía y cosmovisión del mundo, basado en su antropocentrismo. El actual siglo XXI se perfila como “la era anticristo”; y se está haciendo natural en el lenguaje de la comunicación global, hablar de una cultura de anti-valores que está en auge en las sociedades del mundo actual.
Esta cultura de anti-valores es la que está promoviendo “un sistema de vida anticristo o anticristiana”; contradiciendo los principios y el orden de Dios, que habían sido parte de la formación de los pueblos cristianos en el mundo y de sus respectivas constituciones políticas.
El apóstol “Juan”, en su primera epístola universal, escribía: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (1 Juan 2:18). Se refería el apóstol, a cristianos que habían abandonado la fe y que ahora se dedicaban a contradecir la Doctrina Fundamental del cristianismo.
Insisto y reitero, el sistema algorítmico “666”, hace rato está en vigencia y lo estamos utilizando; y ahora estamos advirtiendo que el actual siglo XXI se está caracterizando como la “era anticristo”. ¿Qué falta entonces? La aparición de este personaje llamado bíblicamente “el anticristo”.
¡Cuidado!, ahora, con este movimiento filosófico, político y mundial que está fuera de control humano, y cuyo objetivo general es desacreditar el actual sistema democrático de los gobiernos del mundo; desacreditando a sus gobernantes y autoridades, destapando públicamente sus bajezas personales.
Desacreditado al fin, el actual sistema democrático, entonces se crea la necesidad de un nuevo y mejor sistema político, para un mejor “orden de vida”. Y se requerirá que sea un sistema fuerte e intransigente con cualquier tipo de desorden social.
Entonces, los líderes del mundo darán la bienvenida a este liderazgo mundial del “Anti-Cristo”.
Es importante saber que, en su carácter, el Diablo es: “Acusador de los errores y debilidades humanas” y “Calumniador de los hombres justos”.
Creyentes, ¡alégrense!, Cristo viene pronto, y su justicia se impondrá a este mundo necesitado de verdad, de orden y de justicia.
¡Lee la Biblia!
(CAS)/Considérese el presente artículo como una Reflexión y Advertencia profética.