Los negacionistas judaizantes

“Les respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ¿Seréis libres?

 

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado…”

 

(Evangelio de “Juan” 8:31-47/RVR 1960)

 

 

Prologo

 

Escribo en el contexto de un mundo enloquecido, por los representantes de los países más desarrollados, que se han determinado escalar una guerra en que no habrá ganadores; y en que unos cuantos locos en su lógica destructiva y especulativa, se dicen a sí mismos: “Que Europa y Rusia se autodestruyan, no importa; nosotros podremos quedarnos con el pedazo de mundo que sobreviva…”

 

Escribo en el contexto de un mundo invadido por singulares “corporo-cracia privadas”, que anteponen sus grandes intereses a las instituciones de un Estado, a sus Leyes y a sus Representaciones Ciudadanas.

 

Escribo en un contexto de Señales del Fin, especialmente con este Eclipse Solar del 8 de abril, en que se especula desgracias o destrucciones; pero con una previa mala lectura de las Santas Escrituras. Sin entender que, a la Señal del Sol en Oscuridad, previamente le antecederá un Gran Avivamiento de parte del Señor, especialmente para el Mundo Cristiano.

 

Porque eso anunciaron los Apóstoles de Jesús, al explicar mediante el mensaje del profeta Joel, que un gran avivamiento era lo que estaba pasando en la Jerusalén Bíblica, con el nacimiento de la Primera Iglesia Cristiana y su Mensaje típico, de que Jesús de Nazaret, era el Mesías, enviado por el Altísimo.

 

Y los creyentes de hoy, debemos mirarnos en este contexto y preguntarnos: ¿Cuál es el avivamiento que Dios está haciendo en medio de su pueblo en estos nuevos tiempos?

 

 

Introducción

 

Cuando escucho a personalidades cristianas, a ministros maestros de gran trayectoria y buena reputación bíblica, me sorprende el enredo en que terminan sus explicaciones hermenéuticas y la confusión que ellos hacen del Tema Soteriológico, al querer acomodar o reconciliar la Doctrina Cristiana, con el Negacionismo de “los Judaizantes”.

 

En el pasaje bíblico que hemos aludido en el encabezado, son judíos que supuestamente se habían convencido por el Mensaje de Jesús, el Mesías; pero que se ofendieron exageradamente, cuando Jesús les declaraba que su Verdad, les haría libres de esclavitudes. Y orgullosamente ellos refutaron a Jesús, afirmando que “ellos eran hijos de Abraham y que jamás habían sido esclavos de nadie”.

 

Ellos en su orgulloso argumento, estaban negando la “esclavitud de 400 años que tuvieron los hijos de Abraham entre los egipcios, en la etapa patriarcal”. Estaban negando la esclavitud de “70 años entre los Babilonios”, en la etapa monárquica. Estaban negando el yugo del imperio romano sobre su pueblo, que era el momento histórico que vivían estos orgullosos judíos negacionistas, en el tiempo de la visitación del Mesías, Jesús de Nazaret.

 

Y cuando uno sigue leyendo el diálogo de Jesús, con estos judíos negacionistas, ellos se atrevieron a afirmar, ante el verdadero Hijo de Dios, que ellos eran “hijos de Dios”, y decían que Jesús era un endemoniado y loco. Jesús entonces les encaró, que ellos en realidad eran “hijos del diablo”, por sus sentimientos homicidas en contra de él, y por sus mentiras.

 

El diablo es un homicida

 

Es interesante lo que el Mesías enseñaba acerca del proceder del diablo; decía: “que el diablo es un homicida desde el principio, y que es el padre de la mentira”. Así que todo aquel cuya lógica es eliminar a su prójimo, como única solución y en un sentimiento supremacista, y se justifica afirmando que lo hace en el nombre de Dios; es un “hijo del diablo y un mentiroso”.

 

Es sorprendente en el relato de los Evangelios, la conspiración a muerte que respiraban estos judíos negacionistas, en contra de Jesús; hasta querían matar a Lázaro, el resucitado por el Mesías, porque había convencido a mucha gente por este milagro.

 

Al final, sopesaron complotar y matar al Mesías, antes que perder el prestigio que tenía para ellos, la institución del templo y su ciudad Jerusalén.

 

Y al resucitar Jesús, el Mesías, estos judíos negacionistas sobornaron dice el apóstol Juan, en su Evangelio, a la guardia que había sido testigo de este hecho sobrenatural. Para que se corra la “versión negacionista de que los discípulos de Jesús robaron su cuerpo”.

 

El primer mártir de la Iglesia Cristiana de nombre Esteban, fue muerto a pedrada por estos “hijos del diablo”, que se taparon los oídos para no escuchar la Verdad que salía de la boca de Esteban, acerca de la Visión de la Gloria de Dios el Padre y de su Hijo Jesucristo.

 

La primera persecución a muerte que sufrió la primera comunidad cristiana conformada por judíos en Jerusalén fue hecha por estos judíos negacionistas; empezando con la matanza de Jacobo, uno de los líderes principales entre los apóstoles.

 

El gran apóstol Pablo en toda su carrera apostólica, fue perseguido, acusado y al final martirizado, por causa de estos “hijos del diablo”.

 

 

Los negacionismos

 

En realidad, toda doctrina negacionista, es aquella que contradice la Doctrina Cristiana; afirmando su negacionismo contra el verdadero Mesías y sus Enseñanzas Escriturales.

 

Los negacionistas rechazan que Jesús haya sido el Mesías; y no aceptan la redención que hizo una vez y para siempre, por los pecados del mundo. Por lo que pretenden volver a los sacrificios de orden levítico; y a la restauración del Templo Salomónico que nunca será.

 

No entienden que los sacrificios de animales en el A.T., no quitaban los pecados del mundo; la única función inteligible que tenían los sacrificios: era la de dar conciencia a los ofrendantes, de que ellos eran unos pecadores y de que Dios es un Ser Santo, que no admite el pecado en su cercanía.

 

No entienden que el Templo de Jerusalén fue destruido por Juicio de Dios, y como terminación del Antiguo Pacto; y que ahora, en palabras del Mesías, “los verdaderos adoradores, deberán serlo en espíritu y en verdad”. Y que el Padre Celestial, “busca y se complace de tales adoradores”.

 

Los negacionistas judaizantes rechazan el cumplimiento de todas las escrituras proféticas del A.T., en la persona de Jesús, el Mesías; y niegan la historia lineal de la Salvación. Así que, confunden el “tiempo gramatical” de las profecías; haciéndose malos hermeneutas de los libros sagrados, y distorsionadores de esta historia de salvación.

 

Si hubieran sido buenos intérpretes de las escrituras proféticas, no hubieran negado y matado a Jesús, el Mesías.

 

Escuchaba la enseñanza de un pastor de renombre, afirmando en uno de sus sermones; sobre la Venida del Señor: “Que Primero vendrá por su Iglesia; y que después vendrá por el pueblo judío, con quienes reinará por mil años desde Jerusalén liberada”.

 

Esta enseñanza judaizante, por supuesto es un negacionismo de la Enseñanza del Mesías, que nos habla de “un Segundo Retorno o Visitación”, y que según la Parábola de “las Diez Vírgenes”, no habrá repetición o Tercera Venida. Además, es un negacionismo, sobre la condición en que terminó el pueblo de Israel; ellos están bajo el Juicio de Dios, por su rechazo de Jesús, el Mesías.

 

Al final, digo yo, afirmando la Doctrina Bíblica, solo un “remanente de Israel será salvo”; el “remanente que acepta a Jesús, como el Mesías Celestial”.

 

Este “remanente” conformó la Primera Iglesia Cristiana en la Jerusalén Bíblica; es parte de la “Iglesia Universal de Jesucristo”; está representado en el cielo por los “Apóstoles de Jesús y/o los 24 ancianos”; y su número simbólico es “144,000 “.

 

Epílogo

 

En este dialogo de Jesús con los judíos negacionistas, el Señor fija un punto de quiebre en la conversación con ellos, declarando: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios”.

 

Y en el Libro de la Revelación, Jesús declara de manera literal: “Hay quienes se dicen ser judíos y no lo son”.  Acusándoles, de ser “una sinagoga de Satanás”. 

 

En cuanto a la ciudad de Jerusalén, el Jesús Celestial, la llama analógicamente con los nombres de “Sodoma y Egipto”; para declarar que ella también es una “ciudad que está bajo Juicio de Dios”.

 

 

 

 

Apéndice

 

En un articulo anterior, yo hacía referencia a dos sueños proféticos reiterativos, que me venían en mi juventud y siendo un recién convertido. En ese articulo les compartí uno de ellos; y este que les comparto a continuación, es el otro sueño.

 

“Me veía caminando entre escombros, no había calles, veredas ni avenidas, porque todo el panorama que contemplaban mis ojos era la de casi una completa destrucción en el entorno.

 

Caminando entre estas ruinas, escuché una voz en forma de lamento, que decía repetitivamente: ¿Quién me honrará?  Miré y había una joven adolescente de un rostro hermoso, que se encontraba tirada de espalda en el suelo; tenía un velo puesto que cubría toda su cabeza y una corona de oro puesta, su vestido cubría todo su cuerpo y aun sus pies. En mi sueño, yo me veía ayudándola a levantarse y ponerse de pie. Seguidamente, como esos caballeros de la edad antigua, me puse de rodilla ante ella y dije: Yo te honraré, majestad.”

 

Entiendo que es una visión alegórica de la Iglesia, la que tuve en mi sueño. Pero, me preocupa todo ese trasfondo de destrucción casi total, que se presentaba como el escenario de este sueño.

 

 

¡Lee la Biblia!

 

 

 

(C.A.S.) / Una reflexión sobre interpretaciones soteriológicas y escatológicas