¡Lee la Biblia!

En versión popular
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Esta fraseología en casi todas las despedidas, en los artículos de esta página de opinión: “En Esto Pensad “; es en realidad la voz de Dios que yo repito y espero que también te hable a ti, estimado lector. Yo me convertí a Dios a los 18 años de edad, a una semana de haber intentado fallidamente quitarme la vida, suicidarme, por un fuerte remordimiento y crisis de conciencia, por mis malas acciones. Estaba parado a la puerta de mi casa en Lima, en las horas tempranas de una tarde de verano, mi mirada estaba perdida, indiferente a lo que me rodeaba, recuerdo que en mis adentros me repetía: ¡Muerte, ven a mí! ¡Yo solo espero el momento de morir! Me había tragado más de una veintena de pastillas de un pequeño frasco recién comprado, pues, yo padecía para dormir, y la recomendación médica era tomar solo una pastilla, me decía mi padre, porque eran fuertes; después de ingerirlas, me eche sobre mi cama, esperando los efectos de la muerte, pero, no me pasó nada, ningún efecto contrario, ni lavado gástrico, ni mis padres se habían enterado de mi funesta decisión; (ahora entiendo que Dios había intervenido en ese hecho). Parado, pues, a la puerta de mi casa, resignado solo a morir e invocando a la muerte; de repente levanté mí vista al cielo azul, y vi como si el cielo se trozara en un sector, cobrando animación, y convirtiéndose en un fino rayo de luz, vino directamente a mi cabeza y en su suave impacto escuché la voz de Dios que me decía: ¡Lee la Biblia! Nunca en mi vida tuve tanta certeza como al momento en que Dios me habló; yo había sido un escéptico por traumas personales en mi niñez, así que por naturaleza, yo lo ponía todo en duda; pero, esta vez, yo no tenía ninguna duda de lo que estaba escuchando, me alegre de estar seguro de algo, por primera vez en mi vida, así que al instante me di media vuelta hacia mi casa, y busqué y encontré el Nuevo Testamento “Dios Habla Hoy”, (éramos un hogar católico, siempre había por tradición una Biblia en casa, aunque no se leía) Al abrir esta Biblia, parecía como si una persona presente conmigo me estuviera hablando, recuerdo que al llegar en la lectura al pasaje del Evangelio de Mateo, que dice:” Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?.......” (Mateo 6:26-34). Este pasaje me inspiró en fe y tomando una decisión de corazón, dije: “¡Jesús, yo te sigo ahora!”; y mirando al calendario en mi pared, quise marcar el día de esta mi experiencia de fe; pero, me ganó mi carácter escéptico y me dije a mí mismo: “¿Y si no puedo cumplir?”. Así que no marqué el calendario, pero, hasta el día de hoy, casi cuatro décadas después, no dejo de seguir a Jesús, mi Señor y mi Salvador.

 

Debo agregar a este testimonio de mi conversión a Dios, que esta experiencia de leer la Biblia de manera personal, fue la segunda vez en mi vida; pues, la primera vez lo hice en mi ocurrencia de un niño de aproximadamente 8 ó 9 años; ya sabiendo leer, tomé una Biblia de pasta negra que había en mi casa, y empecé a leer uno de los libros proféticos del Antiguo Testamento, queriendo practicar mi tarea de lectura; al leer, cerré espantado la Biblia, porque cuando leía, escuchaba la voz de Dios, que me estaba hablando. No me atreví a leer personalmente la Biblia, desde ese momento, por ese temor, hasta que lo hice nuevamente guiado por Dios, a los 18 años de edad.

 

Compelido por el Espíritu de Dios, y en ocasión al “Mes de la Biblia” que celebramos los cristianos, por estas fechas, me he visto en la necesidad de compartir el testimonio personal de mi conversión a Dios, que por lo general no acostumbro a contarlo.

 

La Biblia (o Los Libros), es el Texto Sagrado que mantiene su vigencia en el corazón de la fe cristiana; es el fundamento de los gobiernos civilizados y los derechos humanos, que nos ha legado la conciencia del hombre como criatura de Dios y de toda la humanidad, como una gran familia, bajo la cobertura del único Padre: Dios Creador y Redentor. La Biblia es el Libro de los libros; traducido a casi todos los idiomas y dialectos más importantes del planeta; que bate record en millones de tirajes de publicaciones o ediciones al año. Los teólogos contemporáneos discutían las premisas: si la Biblia “es la Palabra de Dios o si es la prenda, el objeto que contiene la Palabra de Dios” ; para mí fe como cristiano convertido, la Biblia es la Palabra de Dios, que me revela su voz todas las veces que la consulto y que nos recuerda el origen del hombre y su mundo, su trascendencia existencial de lo finito a lo eterno , su privilegio como criatura de Dios y primer beneficiario de su creación, y de lo valioso de la vida humana, pues, Cristo Jesús, el Hijo de Dios, la apreció con su muerte en la cruz, ofrendándose voluntariamente para su rescate. Para mi intelecto, la Biblia es un texto literario valioso, que encierra el mensaje y la sabiduría de Dios, que va develándose en sus diferentes géneros literarios: históricos, proféticos, poéticos, didácticos-doctrinales y apocalípticos.

 

Como misionero considero, que hoy la Biblia juega un rol muy importante, como el único libro de los valores humanos cristianos y universales, que puede responder al mundo de hoy, especialmente a su crisis de valores y a su falta de discernimiento entre el bien y el mal.

 

A las dudas de ¿por qué las Biblias son diferentes? , respondemos que esto se debe en primer lugar, a las casas editoras de Biblias, que deciden el tipo de presentación o publicación que tendrá cada tiraje de Biblias que imprimen: si será grande o pequeña, material fino o económico, si será Biblia sola o de estudio con notas adicionales, etc… En segundo lugar, las diferentes traducciones o versiones al español, por ejemplo la Versión Reina-Valera o Nácar-Colunga, ambas parten de las fuentes originales hebrea y griega koiné; y como solía decir un recordado profesor del idioma hebreo, “toda traducción es respetable, más aún cuando dicha traducción parte del texto original de la Biblia hebrea y griega”. Los libros deuterocanónicos o apócrifos, correspondiente al texto griego del Antiguo Testamento, denominado “Versión de los 70”, para el evangélico y el católico informado, le damos un valor histórico y cultural, diferenciándolos de las demás escrituras sagradas inspiradas por Dios.

 

La Biblia, para terminar, es el Código de vida en sabiduría y de una alta ética de conducta cristiana, para los creyentes verdaderos de todos los tiempos.

 

Quizá el mayor milagro de la Biblia es su unidad temática y su armonía en el tiempo o épocas de la Historia de la Salvación, en que escribieron sus aproximadamente 40 autores hagiógrafos y escribas inspirados por Dios; entre ellos hombres santos, reyes, profetas, poetas, pescadores, pastores, iluminados, médicos y ex-recaudadores de impuestos.

 

 

Jesús, el Señor, dijo: “El que cree en mí como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. (Juan 7:38). “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. (Mateo 22:29). “Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios”. (Lucas 12:8).

 

 

(C.A.S.) César Augusto Salinas. Un Testimonio personal de conversión a Dios.

Comentarios: 1
  • #1

    cesar (viernes, 03 octubre 2014 12:43)

    sdiwgijsifjd

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