“Siervos, obedeced a vuestros amos…como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios… Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.”
(Epístola a los “Efesios” 6: 5-9/RVR 1960)
El pasaje bíblico que nos antecede, tiene su contexto en esta Epístola a los “Efesios”, cuya temática eclesiológica concluye en las nuevas relaciones fraternales en la Comunidad Cristiana, y que se extiende en este pasaje, hacia las relaciones sociales en ese sistema de “esclavos y amos”, imperante de aquellas épocas.
Parecerá un pasaje conformista a lo que nos toca a cada uno, en lo que respecta a nuestro status o categoría social; sin embargo, si lo atendemos bien, nos daremos cuenta que este texto nos indica ese proceso revolucionario de cambio de actitudes, en las relaciones sociales en ese contexto político histórico tan disparejo.
En otras palabras, “el cambio que vino a hacer Cristo en el mundo”, no era de sistemas políticos, económicos o gubernamentales; sino “un cambio de personas”. Porque los sistemas pueden ser buenos o malos, y aún perfectibles; pero son las personas quienes lo aceptan, lo hacen funcionar, mejorar y modernizar. Pero, son “las buenas personas” quienes lo llevan a su mayor eficacia, hacia el bien común, hacia un cambio por el interés de todos aquellos que conforman la sociedad moderna y mayoritaria. Y la ética cristiana en la mejora de nuestra convivencia social es “sin acepción de personas”.
Es decir, la ética de la imparcialidad; en ese mundo ideal del “reino de Dios”, en dónde todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y valemos igual; y en dónde valoramos la vida, la libertad, la verdad y la justicia.
Y casualmente en la coyuntura peruana, es la ética de la imparcialidad lo que está en cuestión.
En esta justa electoral se habla de sistemas antagónicos en pugna; pero, al margen de lo aparente, me refiero a las opciones derecha o izquierda, todo está enrevesado. Porque este sistema capitalista de “libre mercado”, se nos ha implantado y desarrollado con este defecto de la corrupción del estado y de las grandes empresas, que gozan de impunidad. Y en estos movimientos de izquierdas, sus diferencias motivacionales, aunque se les quiera estigmatizar negativamente de violentistas o antidemocráticos.
Por ejemplo, en Bolivia, lo que pasó fue un golpe al gobierno de Morales, y lo que hay hoy, es un retorno a la democracia. Lo que pasó en Chile fue un anhelo postergado de cambiar una constitución ignominiosa, por considerarla del mal recuerdo de una dictadura. En Colombia, es una explosión social que se venía venir, ante un gobierno e indiferencia de los organismos internacionales tutelares del derecho, quienes no han revertido esta matanza selectiva a lideres sociales, por grupos paramilitares que resguardan intereses marginales a la ley y el orden., En Ecuador no fue Correa, sino Lenín quien ha presidido el país hace 4 años, y es a su gobierno a quien se le debe evaluar. Y en el caso Perú, todo está dentro de un plan que ya viene funcionando efectivamente y que ahora quiere imponernos un nuevo sistema, desmereciendo el voto de los ciudadanos peruanos.
¿Y Venezuela? ¡No los se! Porque el asedio y el cerco mediático, incluyendo los maratoneros que desinforman descaradamente; que no permiten ver su realidad del día a día, y de la eficacia o no, de su gobierno.
Decía que estas opciones están enrevesadas, porque son los megas intereses económicos en el Perú, que están detrás de ambos lados; y que me hacen dudar de sus ideales o ideologías.
No tenemos todavía un mandatario o mandataria, como resultado del sincero conteo de votos y resolución de las impugnaciones; pero, las autoridades electorales lo que no han mostrado hasta ahora es una imparcialidad, en el proceso de elecciones de estas dos opciones.
En todo caso, para concluir; lo macro económico es lo que ha regido hasta hoy; y que lo político y lo gubernamental han sido fuerzas subordinadas a los intereses globales.
Y lo que esperamos los peruanos, es salir de este entrampamiento coyuntural, para resolver nuestros problemas reales, como son la salud, la pérdida de vidas humanas, el ingreso de nuestra economía doméstica, la deshonestidad, la corrupción y la elección de un gobierno legítimo, por la suma de las votaciones mayoritarias de sus ciudadanos.
¡Lee la Biblia!
(C.A.S.) Una reflexión y opinión coyuntural.