“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación…”
(La Biblia/RVR 1960/Carta Apostólica a los Efesios 2:14)
En esta Epístola Paulina del grupo eclesiológico, Pablo enseñaba que Jesucristo fue “el hijo de paz”, que derribó aquella pared intermedia de separación ubicado en el templo de Jerusalén, el cual no podían pasar los “gentiles”, (término para referirse a otras gentes o razas no judías); pared intermedia de separación detrás de la cual debían ubicarse los gentiles, so pena de muerte si lo traspasaban. Jesucristo abolió este muro de enemistades, por su muerte en la cruz, para hacer “un solo pueblo de Dios, compuesto de todas las razas”. Así que ahora, nosotros los gentiles, que mirábamos de lejos el Culto judío monoteísta; ahora somos un pueblo cercano, reconciliados unos con otros, de igual valor y participantes del culto celestial, del pacto eterno y de la esperanza en Jesucristo, el Mesías de todos los pueblos cristianos en el mundo.
Con respecto al revés que sufrió “el acuerdo de paz en Colombia”, en la consulta por el “¡Sí! versus el ¡No!”, ganando el “¡No!” por un mínimo de diferencia; se han dado y se mantienen opiniones y reacciones diversas. Pero, debemos considerar que medio siglo de una cruenta guerra interna, no se resolvería de la noche a la mañana. Y así hubiera ganado el “¡Sí!”, se tendría que dar todo un proceso de tiempo y de complejos acuerdos y decisiones, para implementar “la justicia transicional y establecer la paz interna en todo el territorio”.
Este revés decepcionó a muchos que, desde fuera de Colombia, esperaban el triunfo del “¡Sí!”; quizás esperábamos que dicho “acuerdo de paz” tendría un final de película, de ese tipo de película de “acción” al estilo “Hollywoodense”, en que los protagonistas héroes y villanos, se la pasan destruyendo a su paso la propiedad pública y privada, dejando cadáveres o heridos en su camino, despreciando la ley, el orden y el derecho de los ciudadanos, para al final mostrar una sonrisa cómplice y de congratulación, como una expresión natural de la más descarada impunidad
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Este revés también se trajo abajo titulares y notas periodísticas, que se mantuvieron en la expectativa del triunfo del “¡Sí!”; y que, decepcionados por los resultados, los personajes de prensa criticaban la decisión del pueblo y algunos, con mayor despecho, lo llamaban ignorantes y vituperaban contra el voto evangélico-cristiano, que pesó en la contundencia del triunfo colombiano del ¡No!”. Además, quizá este resultado aparentemente negativo, confundió al comité noruego, quienes dieron un premio irreal y ya desprestigiado, como lo es “el Nobel de la Paz”.
Como sea, el resultado se ha dado; y lo único que a mi juicio puedo observar, es que dicho “acuerdo de paz”, no ha reflejado ni ha tenido la “representación mayoritaria” del pueblo colombiano. Y no me refiero solamente a la diferencia mínima del conteo de los votos definitivos y válidos para ambos lados, sino, además, a “ese ausentismo tradicional sumado a los descreídos, equivalente al 60% de los votantes legítimamente colombianos”.
Y, además, veo que se están construyendo “muros de separación” con respecto al necesario “acuerdo de paz”; “muros de separación” en base a diferentes ideas, opiniones, criterios, intereses, convicciones y maneras de enfocar el problema de “la paz y la guerra interna”; pero, si ansiamos que Colombia deje de sangrar, la paz tiene que quererla y trabajarla todo el pueblo colombiano.
Cada colombiano respetable tiene que convertirse en un “hijo de paz”, derribando “muros de separación y de enemistades”, por diferencias de opiniones; aunando todos los diferentes puntos de vistas sobre el problema en común que tienen los colombianos. Porque al final de cuentas, ¿qué es un acuerdo por la paz?, sino la suma de todos los puntos de vistas conciliados en dicho acuerdo y lo representativo de la opinión mayoritaria del pueblo colombiano.
Venezuela actualmente es un país dividido, y es innegable su crisis interna ciudadana; pero, es innegable también, la cruzada internacional de los medios extranjeros, que se esfuerzan por agudizar esa división interna que sufre hoy nuestro hermano país de Venezuela. Digo que Venezuela está dividida, porque lo que obvian estos medios internacionales derechizantes, es que el Sr. Maduro no está solo contra el mundo, sino que tiene el respaldo de una población ciudadana que está a su favor, población a la cual no podemos ignorar y pretender hacerla invisible o inexistente.
Colombia debe resolver su problema interno, con la unión de todos los colombianos; y deben tener cuidado con estas cruzadas extranjeras mediáticas y derechistas, que ya toman partido por esos puntos de vistas que están en contra de la “unidad de los colombianos”. Ahí tienen a su lado un espejo, en el país venezolano, de lo que les puede pasar como país, si ustedes permiten la división por la intromisión extranjera.
¡Paz, para nuestros países hermanos, Colombia y Venezuela!
¡Lee la BIBLIA!
(C.A.S.) / Una opinión ciudadana y personal
Notas a pie de página:)
“El gobierno del Perú de los 100 días”, todavía no despega como esperábamos los que hemos dado nuestro voto para su elección. Se tambaleó con la pus de la corrupción que brotó en su entorno más cercano, justo cuando la Ministra de Justicia de manera histérica demandaba vociferante y miraba para otro lado, mientras uno de los miembros de su partido político debutaba en un “videíto” en su verdadero tono y careta de corrupto. El chuponeo estaba bien hecho, parecía tener casi la misma calidad técnica de “los famosos petro-audios”. Parece ser ahora, que serán los “videítos” y “audios”, que manejaran la parte interesante de la gestión de este gobierno actual; “videítos y audios” que han llegado y seguirán llegando como regalito a los medios independientes, cuando quieran presionarlo o torcerle el brazo a este gobierno. Tengan ¡cuidado!, porque en el Perú es cierto el dicho:"que el que con videíto mata, con videíto muere". Sino pregúntenle al señor Montesinos.
* La reacción del gobierno para superar este impase ¿cuál ha sido?, me parece que la analogía utilizada por el ex ministro Pulgar Vidal, lo describe a la perfección, se han dedicado “a cazar pokemones”. Es decir, a declarar que todo lo del gobierno anterior fue malo; para de esa manera desviar la atención pública hacia otro lado, y no hacia sus propios errores. Hasta el momento el gobierno actual esta haciendo las cosas bien; ¿no sé qué estarán haciendo?, pero hasta el momento, la buena prensa o periodicaso a favor de este gobierno, dicen que “están bien”. El “poder perjudicial”, por el criterio de un juez, han soltado a una veintena de delincuentes, ¿y la ministra de justicia?, ¡bien!, ¡gracias!, y mirando para otro lado.
* Este es un gobierno de técnicos; por favor, no nos decepcionen; solo los incapaces se excusan mirando los defectos de otros; para que nadie se dé cuenta de sus limitaciones.
* Despeguen!, ¡ya!; con sus propias fortalezas, virtudes y defectos. Pero, háganlo ahora.