“Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones.” (Apocalipsis 9:15,16/RVR 1960)
Mirábamos y escuchábamos desconcertados por medio de la tv, al presidente norteamericano, que comunicaba al mundo, su decisión de atacar al país de Siria, juntamente con sus aliados Francia y El Reino Unido. Como un hombre iluminado, el presidente norteamericano declaraba que el ataque era la única vía de terminar con la maldad, supuestamente encarnada en el presidente sirio y su gobierno; haciendo una analogía con Hitler y su gobierno nazi. Terminando su comunicado invocando a Dios, y pidiendo su protección para sus soldados. No podíamos creer lo que escuchábamos, y cuestionábamos si dichos países iluminados, estaban midiendo las consecuencias y posiblemente el inicio-pretexto de una “tercera guerra mundial”. Pero, gracias a Dios, por el temple de Rusia, que no se dejó arrastrar y optó por la vía diplomática, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, pidiendo sanciones para dicho ataque perpetrado por estos aliados.
Así fue como el presidente norteamericano, inauguró una nueva “cumbre de 103 misiles”, que reventaron en la madrugada del sábado, bajo los cielos del país de Siria.
Nos alienta saber, que hay conciencia universal y sentido de humanidad, en el pueblo norteamericano, en la clase política, y aún en el alto mando de su poderoso ejército, que están en desacuerdo con tal decisión de ataque. Y, además, los escrúpulos de Alemania en no participar en dicha empresa destructiva, y de atentado contra la humanidad.
El supuesto ataque con armas químicas, hecho por el gobierno sirio contra su propia población, no pudo ser probado, porque la comisión especializada que iba a ser enviada a suelo sirio, con los auspicios de la ONU, para verificar el espectro residual vaciado en dicho ambiente, fue adelantada por este ataque de misiles hecho por estos aliados. Así que, debemos suponer, que hubo el uso ilícito de armas químicas, aunque se frustro la investigación de su evidencia.
En la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que trató dicho ataque en Siria, la voz diplomática de Rusia se hizo presente, con un proyecto de resolución de sanciones contra el uniteralismo del país norteamericano y sus aliados Francia y El reino Unido, cuyo ataque contra Siria, se había salido del marco normativo de acuerdos del Consejo de Seguridad. Por supuesto que rechazaron dicha resolución, seguramente porque era Rusia quién lo proponía. La embajadora del estado norteamericano justificaba el ataque, y argumentaba que como Siria no había respondido todo el cuestionario de preguntas, entonces era de suponer que tenían armas químicas. Entre abstenciones y votaciones de los miembros de este Consejo, ganó el voto por la No-sanción a los aliados de dicho ataque contra Siria, confirmando lo que muchos critican, que Estados Unidos y sus aliados seguidores, pueden pasar cuantas veces quieran por encima de este vergonzoso Consejo de Seguridad de la ONU. Aunque hubo voces diplomáticas ambiguas que censuraban dicho ataque.
En el texto apocalíptico del Nuevo Testamento, mencionado al inicio de este artículo, ahora tiene sentido lo que revelaba el sexto ángel de Jesucristo, el Señor; que la tercera guerra mundial, que matará a la tercera parte de la humanidad, tendrá “hora, día, mes y año”. Y en nuestro paralelo y dimensión humana, se refiere “a una guerra acordada, calendarizada, decidida y avalada”. Lo acabamos de ver y constatar; el Consejo de Seguridad de la ONU seguramente avalará dicha guerra, que se decidirá de manera unilateral y que arrastrará a otras naciones a esta locura de exterminio de una parte de la humanidad. Y esas voces diplomáticas ambiguas y esos medios mentirosos serán la cobertura cómplice de esa fatalidad.
¡Están advertidos! ¡Yo solo repito su voz!
¡Lee la Biblia!
C.A.S./Una urgente advertencia reflexiva.