Juicio Popular o Raciocinio del Pueblo...

(Una crítica de abajo hacia arriba)

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; … A pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos…”

 (Jesucristo, el Mesías/” Lucas” 4:18/RVR 1960)

Al mismo estilo montesinista del siglo pasado, llegaron como regalo una cantidad enorme de audios comprometedores a un medio creíble de investigación y de información; para que los “tontos útiles” (disculpen la expresión, solo es retórica) hicieran su trabajo chismogràfico y delator, para otra vez traernos al mismo punto: al desvío del juicio de las verdaderas “organizaciones criminales transnacionales y empresariales locales”,  que han estafado al Estado Peruano y malogrado la historia peruana de prosperidad; y de entramparnos en el enfoque de las dádivas económicas  a los Partidos o Líderes políticos. De estos audios se obtiene la información de la existencia de una banda delincuencial, encubierta en el sector judicial, a la cual se le denomina “los cuellos blancos…”.  Y a la verdad, porque no decirlo, los peruanos lo hemos pasado muy entretenidos, al enterarnos que: Los jueces tenían sus amigos empresarios; los fiscales tenían sus jueces; los políticos tenían sus jueces y fiscales; y de igual forma, los medios y periodistas tenían sus jueces, fiscales y empresarios amigos; y viceversa. Así que ahora entendemos, porque en el Perú se ha mantenido durante tanto tiempo “el reino de la impunidad y de la arbitrariedad de la justicia”. Cerrando el presente año 2018, con “la prisión preventiva” de la lídereza política, a la cual han tenido que enfrentar los candidatos presidenciales de los dos quinquenios pasados; provocando una “falsa ilusión de justicia” y una amnesia en la memoria del pueblo, que ha olvidado a los reales corruptos que han arruinado a la economía peruana.

Por supuesto, estamos haciendo otra lectura de los acontecimientos; lectura de la cual deducimos que el minúsculo poder fáctico económico, le está cerrando el paso a sus otrora socios políticos, como lo ha hecho con los judiciales.  ¿Por qué?, evitar riesgos de enfrentamientos de fuerzas y antagonismo, debido a la independencia que habían desarrollado cada uno de ellos. Y hace bien el señor García en sobresaltarse; porque según la parrilla programática de entretenimiento mediático, él podría ser el próximo personaje del “real espectáculo distractivo 2019”.

La frase “juicio popular”, en nuestra historia peruana, quizá tenga una connotación negativa, debido a las “ejecuciones criminales de autoridades”, calificadas de corruptos, traidores o inmorales, por los grupos subversivos de los 80`y 90`. O por lo despectivo de la palabra “popular o populismo”, que, según los políticos liberales, usado como un sistema de gobierno, solo ha representado un gasto enorme improductivo al Estado, por sus subvenciones a Programas Sociales o Derechos ciudadanos.

Pero, el uso de la palabra “popular” en este artículo, solo es de uso en el sentido de clase popular, que tiene su propia idiosincrasia, para procesar, razonar y asimilar los hechos que se vienen dando, como parte de nuestra historia peruana contemporánea, relacionada a la mega corrupción transnacional y local.

Dicho esto, señalamos que si quisiéramos hacer una comparación entre quién ha sido más corrupto o ha traído mayor pérdida económica a un país: ¿Un gobierno socialista o un gobierno liberal?  Pues, está demostrado, que un gobierno liberal y sin regulación, ha sido el campeón en corrupción y en miles y miles de millones en perdidas económicas. Dicho de otra manera, no son las empresas estatales sino las privadas, transnacionales y locales, las que se han mega aprovechado de los recursos de un país y lo han dejado en la misma condición de precariedad económica antes de privatizarse. Y no es verdad, que Odebrecht ha demostrado “que los corruptos pueden ser de izquierda o derecha sin ninguna diferencia”; sino que Uds. son los monstruos en corrupción, y los que le han robado su futuro a un país. Me estoy refiriendo a esas empresas privadas transnacionales y locales, que están comprometidas, algunas procesadas y en espera de juicio, (esperamos que para este siglo).

La corrupción mantenía un aspecto tan familiar y de confianza, que la SUNAT tenía uno de sus despachos nada menos que en los espacios de las Oficinas de Odebrecht en el Perú.

Seguimos en un mundo al revés; pues, llamamos organización criminal a quiénes  no lo son; y la adjetivación supuestamente jurídica, es sesgada; porque si fueran organizaciones criminales estos “partidos o líderes políticos”, a quienes se les acusa de haber recibido dinero para sus campañas políticas, entonces, porque no se investiga e incluye a esos medios de comunicación y presidentes de directorios, que fueron los que han venido recepcionando toda esa millonada de dinero, en contratos propagandísticos para esos “partidos políticos” a través de los años en el Perú. Es decir, ¿qué medios se han aprovechado y han sido cómplices de ese “supuesto lavado de activos”? Es más, todos saben que uno de los socios de Odebrecht, era a la vez, presidente del Directorio de la firma mediática más importante del país.

La monstruosidad de estos corruptos y criminales económicos, es tan evidente, que nos asombran con todo lo que están haciendo para que el “pueblo piense y se conforme”, que lo que el país ha perdido económicamente hablando, perdido está y así debe quedar. Como si hubiera sido poca cosa.  Alguien se atrevió a dar un cálculo comparativo del valor de lo defraudado; “que con todo lo que estas organizaciones criminales”, transnacionales y privadas, han desviado para su propio provecho particular, nuestro país hubiera salido de la pobreza.

Y así andamos los peruanos, sintonizando los juicios de las “tremendas cortes”, (por su duración en horas y horas…); y viendo a esos fiscales internacionales que dan cátedras, seguramente de cómo lograr “prisiones preventivas”, haciendo del castellano un léxico difícil de interpretación, especialmente, en "el tiempo verbal".

Y en el contexto histórico del próximo referéndum para hacer “esa reformita”; los peruanos nos preguntamos: ¿y cuando empieza el proceso o los juicios de las verdaderas organizaciones criminales que han timado a la economía del país? ¿y cuando se levantan esos adalides de la justicia que hagan devolver las fabulosas cifras económicas defraudadas al erario nacional?

Necesitamos urgente, una Asamblea Constituyente, para hacer las Reformas Constitucionales que el país requiere; y por que no decirlo, para despedir a todos esos asesores empresariales que de alguna manera fueron garantes e ideólogos, de esa transición de una economía nacional a una capitalista y de libre mercado; pues, para nada nos ha sido de ayuda sino de pérdida para el país, su interesado asesoramiento.

¡Lee la Biblia!

(CAS)/Una opinión critica hecha por un simple hombre del pueblo