“No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
(Epístola a los Romanos 3:9b-12/RVR 1960)
En su tesis epistolar, el Apóstol Pablo aborda este texto del libro poético de los Salmos, para argumentar que la “antigua forma judía de buscar la justificación por el cumplimiento de la ley de Dios, ya no era posible, porque todos la habían infringido; por lo tanto, ya estábamos condenados por incumplimiento de esta Ley Divina”. Sin embargo, esta Comunidad judía, que estaba fundamentada y que obtenía “su conocimiento del bien y del mal por esta Ley de Dios”; tercamente seguían intentando cumplirla, aunque de manera parcial.
Pero, ya estando en el Nuevo Testamento, (o Nuevo Orden de Dios), el Apóstol Santiago afirma: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”. (Epístola de Santiago 2:10). Es decir, “el cumplimiento parcial es infracción a toda la ley”
Así que, si uno no mata, pero comete adulterio; ya infringió toda la Ley. Si uno no roba, pero si levanta falso testimonio, ya infringió toda la Ley. Si uno se golpea el pecho, en acto de contrición, pero maldice a sus padres, ya infringió la Ley de Dios. Incumplir en un punto, técnicamente es incumplir toda la Ley.
Y eso es el problema del Perú, hoy en día, “la parcialidad del cumplimiento de la ley”. Un gran sector de la sociedad y de los medios de comunicación, consideran se debe observar al milímetro toda la ley y las normas que salvaguardan la investidura presidencial, para evitar su vacancia. Pero, a la vez, dictaminan chacareramente, que el actual Congreso de la República debe ser disuelto, y les importa muy poco, la investidura del Legislativo. Jueces y fiscales, que se parcializan, respetando el debido proceso para unos sí, y para otros no; aunque su resolución parte de un mismo artículo de ley. Siendo severos con los que tienen menos falta; pero, muy complacientes con los otros.
Quizá alguien diga, “nosotros no nos guiamos por la Ley de Dios”; muy bien. Nosotros los cristianos aceptamos que la conciencia, o ese discernimiento del Bien y del Mal es innato en el ser humano; aunque otros consideran que la “conciencia”, es una construcción del individuo, la familia y la sociedad. Por ello el hombre crea sus propias leyes y orden social. Pero, en esta misma Epístola a los “Romanos”, Pablo afirma que “los que están con la Ley de Dios, serán juzgados por esta Ley; pero los otros, por “la ley de su propia conciencia”. Es decir, por sus leyes; porque resulta “que el hombre también es un infractor de sus propias leyes” (Romanos 2:12-16) Y la parcialidad en la observación y ejecución de las leyes, hoy es más que evidente.
He escuchado continuamente a comunicadores, que hablan representativamente, lo que ellos suponen “los ciudadanos dicen o piensan”; que me he animado a expresarme en un intento de responder a la pregunta: ¿qué pensamos los ciudadanos peruanos de la actual coyuntura o momento histórico?:
¡Que todos están enredados! Y que, si no hacen un alto, para pensar por el Perú y su continuidad inmediata; dentro de poco “se sacaran los ojos”. Eso pensamos los ciudadanos.
¡Que hay medios de comunicación encubridores!, y que tratan de aprovecharse de la actual situación, para enredar más, para encubrir ¿qué? Porque recientemente se ha hecho evidente, que, durante 11 años ininterrumpido, han estado manteniendo una contra campaña parcializada, no creo que gratuita, contra los esposos Humala y Heredia, como si fuera el mayor de los casos, y resulta que ahora sabemos que se nos ha distraído de otros casos mayores. Eso pensamos los ciudadanos.
¡Que el Estado ha sido el principal rehén de la corrupción transnacional! Y que nuestras autoridades vigentes deben preocuparse por rescatar al Estado y salvaguardarlo. Y que la lección aprendida a considerarse de esta triste experiencia de corrupción, es que desregular a la gran economía, ha sido nuestra ingenuidad y una gran apertura para “pepe el vivo”. Eso pensamos los ciudadanos.
¡Que es sencillo detectar a los involucrados! Solo basta hacer la lista de todos aquellos que han estado rotando como funcionarios en los diferentes gobiernos, desde Fujimori, y que puestos en especial han desempeñado. Y de donde ha venido la recomendación o imposición. Eso pensamos los ciudadanos.
¡Que hay gente inocente!, que no se dieron cuenta de cómo funcionaba esta corrupción en el Estado, de cierto que lo hubo. Porque el circulo de los aprovechados tienden a encerrase entre ellos y a marginar a los honestos. Eso pensamos los ciudadanos.
¡Que hay personajes que se creen dueño del Perú!; y en cada quinquenio sientan a los que van a presidir el país, no sé sabe a título de que, o a representación de quienes. Eso pensamos los ciudadanos.
¡Que las empresas y empresarios, extranjeros y peruanos, nos han metido en este lío! Eso pensamos los ciudadanos.
Lo que percibo, en conclusión, de esta crítica situación política y moral de nuestra democracia peruana; insisto, es que hay un movimiento desde fuera, que nos está tomando como un laboratorio más, para tumbarse “el sistema democrático tal como lo hemos conocido hasta hoy”, para imponer un nuevo sistema dictatorial que ya se avizora en el mundo. Y su nueva estrategia ha sido “las delaciones”, para mostrarnos, lo corrupto que son nuestras autoridades y por consiguiente, tirar al tacho el sistema democrático.
Entonces, solo nos queda despedazarnos; o ser positivos, concertar y poner en marcha al país.
La Ley no tiene gracia; nos enseña la Biblia, sus prescripciones son solo para condenar el delito; pero, la verdadera Justicia, si tiene gracia, es proporcional y adecuada, en la restitución y en la redención de la pena.
Necesitamos todas las inteligencias, buena voluntad y la fe de los peruanos; para rescatar al país.
¡Lee la Biblia!
C.A.S./Lo que pensamos los ciudadanos…