Es hora del uso de la fe

Jesús caminando sobre las aguas
Jesús caminando sobre las aguas

 

 

 

 

 

“Diré yo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío; mi Dios en quién confiaré.

 

El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.

 

 

No temerás al terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia

 

que ande en oscuridad, ni mortandad que en el medio del día destruya.

 

 

Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.”

 

 

(Salmos 91:2-3; 5-7/RVR 1960)

 

 

 

Introducción. – (Testimonio). El pasado año 2019, le rogué a Dios, que enviara sus lluvias para mitigar el alarmante incendio forestal que se desarrollaba en nuestra Amazonía Sudamericana; y efectivamente, Dios lo hizo, y escuchaba yo a la gente que decía: “Gracias a la naturaleza por sus lluvias; porque ha hecho lo que nuestros gobiernos no hacen.” Pero, luego, sentía que yo no había sido acertado en mi oración; pues, me vino a mi espíritu la percepción de la molestia de Dios, y yo me sentía culpable por mi oración. Hasta que, en esta misma ocasión, me vino esta revelación de parte de Dios: “¡Ves!, yo apago el fuego, y otros lo provocan…”.  En otra ocasión anterior, en el último año del gobierno de Humala; le pedí a Dios, que el fenómeno climático del “niño costero”, fuese no en su gobierno y que pasara para el próximo año; y Dios lo hizo así. En el inicio de ese tiempo desastroso que sufrió nuestro país, por “el niño costero”; le compartía a mi amigo y socio de inicios de esta página web, como yo había hecho mi oración a Dios. Y él con cierta molestia me dijo: “¡Pero!, por qué no le pediste a Dios, que no sucediera estos desastres.” A lo que yo le respondí: “No se puede, porque es “juicio de Dios”; y cuando es “juicio de Dios”, no se puede hacer nada.”

 

 

Estos testimonios tienen por objetivo, exponer lo complicado que es “orar y pedir a Dios con sabiduría, tino y dirección suya”; pues, la cuestión es: ¿Cómo le pedirás al Dios que tiene el verdadero control total de todo el movimiento de su creación hacia dónde debe orientarlo? ¿cómo le pedirás al Dios de Poder, Inteligencia y Sabiduría la manera como hacer las cosas?  Como está escrito: “¿O quién fue su consejero?” (Romanos 11:34b)

 

 

Pasando las Tribulaciones. – Jesucristo, el Señor y Salvador, fue muy específico en vísperas a la separación que tendría con sus discípulos; por causa de su sacrificio vicario por el mundo. Él nos decía: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. (“Juan” 16:33). Nunca como en estos días, este texto tuvo tanta pertinencia. Vivimos los últimos tiempos; y los cristianos pasaremos todas las pruebas del mundo; y lo único que tenemos como arma, es nuestra fe en el Hijo de Dios, Jesucristo. Esta fe en el Hijo de Dios, es la fe que vence el mundo, que mueve montañas; es la fe que trasciende a las penurias y males que podamos sufrir.

 

 

Por cuanto hay un mundo adverso a nuestra vida cristiana; un mundo violento y fuera de la voluntad de Dios; un mundo bajo los juicios de Dios; es la hora del uso de la fe en Jesús, el vencedor del mundo y el verdadero Dios.

 

 

A mis hermanos en la fe, les comparto; como es el tiempo del uso de la fe en Jesús, el Hijo de Dios, verán milagros; serán rescatados de las garras de la muerte; caminaran sobre las aguas; serán provistos en la escasez; reprenderán al viento y el viento les hará caso; sanaran enfermos y levantaran a los muertos por sus oraciones; intercederán por las naciones, y estas recibirán de la benevolencia de Dios.  No hablo de la fe como un espectáculo de entretenimiento; sino de la fe que testificará de la Gloria y la Gracia de Jesucristo, el Señor y Salvador de este mundo. Y esto será la experiencia de todo creyente; los creyentes de los últimos tiempos. Y la voz profética de Jesús el Mesías, nos reiterará: “¿Dónde está vuestra fe?”; “Tengan confianza en mí”; “Al que cree todo es posible”; “Cree solamente”; “No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios”; “Nadie los podrá arrebatar de mi mano”; “Por tu fe eres salvo”; “Cosas mayores harán por mi gracia”. “En mi nombre echarán fuera demonios, sanarán enfermos, no habrá serpientes ni veneno mortífero en vuestra contra”. (“Marcos” 16: 17,18).  Viviremos y moriremos en una “esperanza viva”.

 

 

En el contexto actual de los últimos tiempos. – Hablando hiperbólicamente, pareciera que el mundo entero está en cuarentena, por esta virulencia denominada popularmente “coronavirus”; cuarentana que pareciera ser un “ensayo de control total”, sobre la ubicación y movimiento de la población ciudadana en el planeta.

 

 

Lo que estamos constatando hasta el momento, es que el mundo de hoy del cual somos parte, es un mundo sistemáticamente globalizado; es decir, tiene su vida, cultura, política e intereses concadenados unos con otros. Lo que sucede y afecta en una región, se replica igualmente en otras regiones; como la economía, contagio de un virus, la guerra, la inmigración, la corrupción, etc.

 

 

Para los gobiernos en el mundo, el “coronavirus, su forma de combatirlo y su cuarentena”, puede ser pretexto de muchas otras cosas; pero, lo que será inevitable, es llegar a saber su procedencia, si fue de procedencia “sintética” o “natural”. Pero, cual sea el caso, me parece que los manipuladores deben haber aprendido una gran lección, de parte de la naturaleza de las cosas.

 

 

Los manipuladores pueden alterar el clima; pero, miren hoy sus catastróficas consecuencias; los manipuladores, pueden sintetizar un virus, pero, miren, es imposible controlarlo, sin que su daño nos regrese en este mundo globalizado.

 

 

En el universo de las cosas que componen a la naturaleza, en lo microscópico o en lo macro, en lo visible e invisible, en los movimientos paralelos de los elementos y en sus diferentes direcciones, en sus fuerzas centrifugas y particulares, en sus grandes o pequeños detalles; esta maquinaria natural es un todo y ese todo está hipervínculado, integrando y formando un orden. Solo un Dios Creador e Inteligente es capaz de controlarlo. Los manipuladores que pretenden ser pequeños dioses, deben entender que solo Dios está por encima de todo; y que sus inútiles intentos de controlarlo todo humanamente, solo trae la alteración y el caos.

 

 

Así que, debemos aprender y aceptar, que las “guerras comerciales, arancelarias y de eliminación del competidor”; “las sanciones económicas”; “los estados de excepción”; “el pretender aislar a una nación”; “los virus sintéticos o naturales”; “la manipulación del clima”; “las guerras de armas”; todo esto y más, se vuelve en contra de todos nosotros. Porque aún nuestros propios intereses están concadenados en este mundo globalizado en el cual vivimos.

 

 

Epílogo. – La fe en el Dios que nos salva, el Dios que nos perdona, el Dios que nos protege, el Dios que nos cuida, el Dios que nos ama, el Dios  que nos sana; es lo único inmune que tenemos todos nosotros los cristianos.

 

Pero, Jesús, el Mesías, nos dejó para resolver, esta gran cuestión: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (“Lucas” 18:8b)

 

 

 

 

¡Lee la Biblia!

 

 

 

 

(C.A.S.) / Un llamado a la fe que vence el mundo, que es la fe en Jesús, el Hijo de Dios.

 

 

 

 

 

 

 

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