“Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello.”
(“Ezequiel” 33: 18,19 / RVR 1960)
Dios tiene su propio criterio de juicio y justicia; en este texto del profeta “Ezequiel”, Dios tiene en consideración lo consecuente de lo que es justo y de lo que es el derecho. Pero, cuando los que son justos hablan y hacen lo contrario a la justicia; entonces serán juzgados por sus injusticias presentes, y no serán justificados por ninguna de sus obras justas que hayan realizado en el ayer. Asimismo, cuando los impíos se apartan de cometer impiedades y dejan todas sus iniquidades; Dios tendrá en cuenta su cambio de actitud y los justificará.
Dicho de otra manera, “Lo malo que yo condeno en los otros; no porque yo lo diga o haga lo mismo, está bien. Pero, cuando otros lo dicen y actúan de esa manera injusta, entonces está mal.”
En el “rincón antichavista de CNN”, ya es monótona y reiterativa la pregunta a los políticos “socialistas o de izquierda”: “¿Es la Venezuela del gobierno de Maduro una democracia? La pregunta debiera renovarse, y debiera ser esta: “¿Es Guaidó el presidente electo de Venezuela?”. Y si Guaidó no fue elegido, aunque fue respaldado por otros países que concertaron reconocerlo; ¿acaso se podría llamar a esto democracia?
¿Es democrático atentar contra la vida de un gobernante; asfixiar a su población so pretexto de sanciones; quedarse con sus empresas, robar su oro; boicotear los servicios elementales de su población como son la luz y el agua; poner un cerco de barcos en su frontera marítima para impedir el apoyo de otras naciones?
¡Cuidado! Porque estaríamos creyendo, “que mientras yo lo haga, entonces está bien; pero, si lo hacen otros, yo lo condeno”.
En mi país, Perú, hay una histeria de rechazo contra “los grupos políticos de izquierda”, especialmente por aquellos que puedan haber tenido simpatía o militancia, con esos grupos criminales terroristas que diezmaron a nuestra población. Y corre el decir: “¡No debemos elegir lo izquierdoso, porque se pueden meter y quedarse para siempre, como esas dictaduras X distantes!”.
Pero, un momentito, si no se han dado cuenta, es que ya se han metido y nos están gobernando; es cierto no fue por elección, pero, si por esta situación de excepción en la cual estamos entrampados política y gubernamentalmente, devenido de “un gobierno y un congreso fallido”.
El ausentismo y los votos viciados, lo que han generado es que se pueda jugar con los números; y al final, lo que tenemos pueda que sea “un resultado de laboratorio”.
Es decir, tenemos dos candidatos a propósito, como para pedir que se anule, se haga un boicot o pedir que se postergue por los siglos de los siglos, una próxima elección general.
Debemos calmarnos; y dejar ya estas campañas histéricas y tan descaradamente desalineadas; “insultando a medio mundo”, dejando de lado “las buenas formas de una comunicación inteligente y analítica”.
Tenemos dos candidatos elegibles en esta “Segunda Vuelta Electoral”; no podemos “quemar vivo a uno, y dejar vivo a otro”. Estamos en una democracia; al final, el pueblo decidirá con su voto democrático al nuevo mandatario o mandataria.
Yo nunca he votado en blanco, ni viciado; pero, sí lo he hecho con conciencia y con el sentido común. Además, mi voto ha sido siempre secreto. Nadie me ha obligado, ni permitiría que alguien quiera inducirme en mi elección personal.
Pienso que ya estamos “grandecitos”, para tomar nuestras propias decisiones conscientes.
¡Lee la Biblia!
(C.A.S.) / Una opinión ciudadana y cristiana.