El Espíritu de Verdad

“No has mentido a los hombres, sino a Dios” (Hechos 5:4)

Ananías era un creyente miembro de la primera comunidad cristiana judía del primer siglo,  la iglesia de Jerusalén, que era dirigida por Pedro y los demás apóstoles; Ananías vendió una propiedad suya, y quiso aparentar en cifras, que ponía a disposición de la Obra Apostólica, la totalidad de la ganancia económica producto de la venta de su propiedad. Pero, el apóstol Pedro inspirado por Dios, le declaró que “no estaba mintiendo a los hombres, sino a Dios”, al pretender engañarlo cambiando las cifras de su ganancia, para quedarse con una parte de ella. Acto seguido, cayó el fulminante juicio de Dios sobre él.

Jesucristo, el Señor, enseñaba a sus discípulos a llamar al Espíritu de Dios con varios nombres, y uno de ellos era “el Espíritu de Verdad”; mientras que al diablo lo llamaba “el padre de mentira”.

(Testimonio). El 5 de Octubre del año en curso, en Lima, Perú, yo me encontraba solo, como acostumbro hacerlo, para dedicarme a la preparación del ambiente de trabajo para el inicio de la semana entrante; eran entre las 2.30 y 3.00 de la tarde, cuando de repente me invadió  un sentimiento de “tristeza de espíritu”  tan intenso, enorme y persistente, que tuve que preguntarle a Dios reiterativamente, ¡Señor!, ¿qué está sucediendo?  Yo temía en verdad, que Dios me estuviera anunciando alguna desgracia en mi entorno familiar o social. Nunca en mi vida he experimentado tan intensa y prolongada “tristeza de espíritu”.

Los resultados electorales del 5 de Octubre con relación a las elecciones Municipales y Regionales en Lima, Perú;  en verdad han correspondido a este mes de espanto que celebran los anticristianos.

No era para menos el resultado en lo que respecta  a Lima, que obviamente ha sido el resultado de toda una campaña agresiva y saturante, con cifras sustentadas en encuestadoras y con el slogan  “mi candidato ya ganó”. Esta campaña “mi candidato ya ganó”, parecía mantenerse hasta el día de las elecciones; pues, alrededor de las 4 de la tarde, un canal televisivo fungiendo de jurado electoral afirmaba categóricamente “mi candidato ya ganó”; insultando a la candidata supuesta perdedora y por medio de ella, a todos sus electores; y convocando a entrevista a los candidatos supuestos ganadores de otros distritos de Lima. Solo les faltaba “entregar las credenciales a cada uno de ellos.” Para después, pasada la hora prevista por las mismas autoridades electorales, se atrevieron a dictaminar al ganador municipal, con cifras que parecían reflejar la campaña “mi candidato ya ganó”.  Solo que parecía exagerado e inexplicable numéricamente, ¿cómo fue que el candidato  (2) pasó al puesto (3) y viceversa?

La experiencia peruana nos ha enseñado “que papelito no manda”; así que no basta lo que una autoridad lea como “resultado electoral realizado”, sino que debe darse una constatación  de los “paquetes de actas electorales etiquetados a favor del candidato tal o cual”, para corroborar si el “paquete de actas etiquetado”, le corresponde al candidato (1), o al (2) o al (3). Corroborar si el número mayor asignado a un ganador se condice con el número de actas a su favor. Es un derecho constitucional ser informados plenamente, interesados y ciudadanos, sin agravio ni ofensa a ninguna autoridad.

Aludiendo nuevamente a este mes de espanto, es la noticia que corre en los medios locales acerca del ex alcalde de Chiclayo, que hasta el día de hoy sorprende su impresionante mafia del desvío del bien público que hoy se desbarata. Este caso nos da todo un indicio de lo que hacen los corruptos con todo ese dinero mal adquirido: lo esconden hasta  en el baño de su propia casa, usan a sus propios familiares como testaferros, lo cambian por joyas y terrenos, y lo comparten con sus amigotes. De razón hay algunos personajes que contratan toda una “súper vigilancia” para proteger su casa y sus bienes, mientras que otros salieron huyendo del país con tremendas maletas.

Algo más, cuando uno ve las toneladas  de cocaína en polvo, interceptada por la policía y mide las implicancias en pérdidas de negocios para las redes del narcotráfico; uno usando la lógica prevé que  alguien estará lamentando estos decomisos y que elaborará algún plan para que no vuelva a suceder. Será por eso que hay todo un cargamonton contra el ministro Urresti; cargamonton que  debe ser puesto bajo sospechas, especialmente de aquellos que quieren minimizar su labor en este aspecto de su lucha contra el narcotráfico.

Un “reino de mentira” quiere volver a instalarse en nuestro país; ese 54% de peruanos deben ponerse de pie y levantar la voz contra toda mentira e injusticias.

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará”   (Gálatas 6:7)

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios….”  (Efesios 4:30)

 ¡Lee la Biblia!

(C.A.S.)/Una reflexión, testimonio y opinión personal