“… todo es vuestro:  … sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.”

 

(La Biblia/Apóstol Pablo/1ra. Corintios 3:22,23)

 

 

Al cristiano cada cierta época se le ha querido marginar, pretendiendo colocarlo en un ámbito lejano al mundo real y cotidiano: considerando que su mensaje, vida y acciones, son impertinentes a las tendencias sociales, tecnológicas, culturales, filosóficas y políticas del siglo referente a su existencia. Sin embargo, este separatismo entre el mundo y el cristiano, ha sido superado por comunidades cristianas que están atentas a la Palabra de Dios y a las direcciones que toma los vientos de su Espíritu. Hoy, por ejemplo, las Misiones Cristianas Evangélicas modernas se caracterizan por ser “Misiones Integrales”. ¿Qué significa esto? Que tienen un mensaje y un centro de servicio social auto gestionado, como respuesta a la sociedad en la cual están insertados institucionalmente. Por su puesto, tomó un tiempo desde nuestra región en el siglo pasado, asimilarlo teológica y misiologicamente; porque se pensaba que todo era político o que no era espiritual.

 

El gran Apóstol Pablo, nos declara en el texto bíblico que nos antecede, que el mundo es pertinente a nuestra vida cristiana; eso quiere decir que los cristianos siempre encontraremos en todo, el propósito de Dios para servirle y para dar testimonio de nuestra fe en Cristo y su Evangelio.

 

El pensamiento moderno del hombre del siglo XXI, es dejar a Dios en el pasado siglo XX, para fomentar nuevos valores que consideran “modernos”, como la famosa “ley civil extendida a la unión homosexual”, para configurar una “nueva familia moderna antinatural”; o como la “ley de aborto” y sus métodos anticonceptivos, para poner en práctica una “moderna y pragmática compasión humana”, a favor de las víctimas inocentes que sufren de violencias no deseadas, para librarlas  de todo lazo con el no nacido, o proteger su salud mental y física. Y piensan que esta discusión es moderna, y que la Iglesia es anticuada para abordar dicha discusión. Sin embargo, debemos entender que la “crisis de valores” que sufre el mundo de hoy, es por el intento del hombre moderno de asimilar nuevos valores, (que realmente son antivalores), abandonando “los valores tradicionales” que construyeron al mundo pasado de los dos milenios de la era cristiana.

 

Porque sin lugar a dudas, fue el cristianismo que civilizó al mundo; y fueron los principios cristianos que inspiraron los valores humanos e universales de familia, de nación, de justicia, de libertad, de respeto a los derechos humanos, de vocación de servicio y de amor al prójimo, consagrados en toda ley constitucional. Entonces, la discusión no se trata de saber o acusar “de que lado de su cama duerme cada persona”; sino de principios. Es decir, ¿qué esperamos de la sociedad del siglo XXI, que todo el mundo sea gay?; si hay movimientos que pretenden eso, pues es su idea y su derecho.  Pero, también es nuestro derecho promover y preservar a la sociedad de afectos heterosexuales consagrada “en el matrimonio y familia natural”, de un hombre y una mujer.

 

Está bien que el hombre moderno se esfuerce y trate de resolver problemas, que afectan de alguna manera a la convivencia de nuestra sociedad en general; pero nunca debe ser la solución, la supresión de una vida humana. Y está bien que tengamos filántropos y religiosos defensores de la vida humana; que sean contestatarios, para estar seguros de que no estamos atentando contra una vida humana; no podemos saltearnos el proceso de discusión y convencimiento, descalificando despectivamente al interlocutor. Toda ley, principistamente consagra el derecho y la defensa de la vida y de toda persona humana; y la Iglesia cristiana tiene en claro su posición por la defensa y respeto irrestricto a la vida humana. Pues Cristo murió en la cruz por causa del aprecio a la vida humana a la cual quiso rescatar; aunque vivió en un mundo como el nuestro, en que se la desprecia.

 

Además, el aborto, en cualquier circunstancia, es tan traumático para la mujer, que la deja herida en el alma y la marca para siempre; y es que las personas no somos cosas o animales irracionales; somos seres superiores. Así que un aborto, no es un mal menor o una cosa superficial, pues toca a la misma esencia de la mujer gestante.

 

Para terminar, estas discusiones denominadas “modernas”, realmente ya estaban profetizadas por la Palabra de Dios, desde el Antiguo Testamento; y fue el profeta Daniel, quién recibió toda una descripción de lo que sería “la era del fin”: “será un reino en la tierra diferente a todos; su filosofía será contraria a Dios y pretenderá cambiar la ley; minimizará la verdad; no hará caso de Dios, ni del amor de las mujeres; su nuevo dios será el oro y la plata, las piedras preciosas y las cosas de gran precio.; será un reino de conocimiento, entendido en descifrar misterios, Y  se apoderará de la tierra al costo de su precio por áreas o regiones” (Daniel:7:23,25; 8:12,13; 11:37,39;  8:23)

 

Seguramente lo que ha vuelto optimista al hombre del siglo XXI es su tecnología y su tendencia visual en alta definición; para pensar y concluir que la idea de Dios es una cuestión del pasado. Sin embargo, lo que no entiende el hombre de hoy, es que esta tecnología ha sido creada y desarrollada, con el propósito de DIOS, de dar cumplimiento a su última y gran profecía: “He aquí viene con las nubes, y todo ojo lo verá”. (Apocalipsis 1:7/Mateo 24:30) Lo veremos de manera literal, en tiempo real y desde cualquier punto geográfico del planeta.

 

Así que Dios y su Palabra, no ha quedado en el pasado; sino que Dios está delante del siglo XXI, conllevando los eventos históricos de la población humana mundial, hacia su punto de encuentro con El.

 

¡Lee la Biblia!

 

 

(C.A.S.) /Una reflexión sobre profecías cumplidas.

 

 

Notas a pie de página:

 

1.- Hemos hecho una lectura sobre una familia que tuvo que ser sacada de su casa, por la policía, porque estaban encerrados con sus menores hijos, esperando “la venida del Señor”, de una manera errónea y contradiciendo la enseñanza del Maestro Jesús de Nazaret.  Porque Jesús enseñó “que el día y la hora nadie sabe”; y que nos encontrará a cada uno de nosotros cumpliendo con nuestras responsabilidades. (Mateo 24:36, 40,41).

 

2.- Un “periodismo terrorífico”; estuvo manteniendo una noticia sobre un refrito que denominaron el “escuadrón de la muerte”, el cual supuestamente estaría encadenado también con la milicia. Se desinfló la noticia con las excusas “del ministro más impulsivo del régimen actual”; quedando ese olor de venganza política para satisfacer a las fieras.

 

Pero, es lógico en todo cambio de gobierno, que se den movimientos o rumores extraños dentro de las instancias y cadenas de mando, de los organismos del Estado, con la finalidad del acomodo o re-acomodo de sus miembros. Ahora escuchamos una nueva excusa para el acomodo, ojalá me equivoque, que esos millares de personas que cumplían una función en el Estado peruano, que fueron heredados por el gobierno saliente, no cumplen los requisitos técnicos, entonces hay que sacarlos y reemplazarlos con otro millar de personal adecuado.

 

Entonces surgen preguntas como: ¿El criterio de cambio de personal es porque no son técnicos o solo porque son del gobierno anterior? ¿Es el acomodo de nuevo personal que por primera vez trabajará con el Estado o es el re-acomodo de ese personal que estuvo fuera y ahora quiere volver? ¿Y qué pasará con ese personal heredado de los gobiernos de Fujimori, Toledo y García, también serán evaluados, o entonaremos aquella canción popular “todos vuelven”?

 

La verdad, si todo esto es solo un re-acomodo de los de antes; entonces estamos hablando de “una temprana traición”; porque estaríamos reiniciando “el statu quo político partidario de la burocracia estatal”; y estaríamos hablando de una “nueva captura del Estado”, por fuerzas e intereses no deseables.