“Porque sabemos que la creación gime a una, y a una está con dolores de parto…”
(Epístola a los Romanos 8:22/RVR 1960)
Esta epístola soteriológica del gran Apóstol Pablo, utiliza en este texto una figura literaria conocida como “personificación o prosopopeya”, para describir a la naturaleza toda, como una “mujer gestante con dolores de parto”, significando la proximidad de una nueva creación o vida nueva y eterna que se nos viene, previo estos dolores de catástrofes naturales y globales.
Y seguramente, el Apóstol está hipervinculando esta afirmación con la declaración de una de las señales de los “últimos tiempos,”, que nos dejó Jesús, el Mesías, en “Mateo” 24:7b-8, que eran los “desastres naturales en simultáneos y en diferentes lugares” y a los cuales categorizó como “principio de dolores”.
Lo cierto es que los grandes desastres naturales, ya no se están espaciando en lapsos largos de tiempo, como lo era tradicionalmente, ni siquiera de año en año como venía sucediendo, sino que parece que en este presente año 2017, se están dando todos los grandes desastres naturales alrededor del mundo. Y esto debe preocuparnos en un sentido espiritual; porque recordemos que “Dios trajo todo un diluvio universal” sobre nuestro planeta, a causa de la maldad de la generación de Noé; y ésta, nuestra generación actual del siglo XXI, es “más malvada, corrupta y destructiva que la generación de Noé”. Y aunque Dios prometió no más destruir el planeta con agua, sin embargo “noche y día”, estamos provocando la indignación divina. No seamos inperceptivos del juicio de Dios, como lo fue “la generación de Noé”, y pensaban que “el día era igual a otros”, y no entendieron hasta que el diluvio arrasó con ellos y veían como el “Arca de Noé” surgía a flote. (Mateo 24:38-39)
¡Mis más sentidos pesares de mi alma, por aquellos pueblos que han sufrido y sufren estos grandes desastres naturales! Dios se apiade de todos vosotros, y los asista con su proveedora mano y los consuele con la fe cristiana.
Tengo el encargo de aclarar el contenido del Capítulo 12 de “Apocalipsis”, que ha sido bastante maltratado por astrólogos y todo tipo de esotéricos no cristianos, con relación a la “alineación astronómica de los planetas” del 23 de septiembre pasado. “Alineación” que, como fenómeno astronómico, se dio también en diciembre del 2012, y que después de éste, se repetirá 40 años aproximadamente más adelante. Y desde ya, señalo como errada la interpretación astrológica y la imagen zodiacal que han pretendido hacer de la “Mujer vestida del Sol y de la Luna”, de la cual habla este libro profético de "Apocalipsis”, perteneciente al Nuevo Testamento.
En uno de los Cursos de Hermenéutica o “ciencia de la interpretación de la BIBLIA”, recuerdo al iniciarme, me recitaron la “primera regla” que debiera considerar sobre cualquier otra: “El mejor y más eficaz interprete de la Biblia, es la propia Biblia”. Y esta regla encaja perfectamente, cuando queremos interpretar esta profecía tan especial que contiene el libro de “Apocalipsis”, cuyo autor era el Apóstol “Juan”. Y es que todo texto en la Biblia, tiene su contexto; y el lenguaje de “Apocalipsis”, es decir, sus profecías son “episódicas”; así que, lo que no está claro en un tema o texto, más adelante, en su contexto se va ampliando y aclarando la Revelación.
La profecía de la Palabra de Dios, es “pasado, presente y futuro”; como lo declara el “Cristo Celestial”, al inicio de su saludo, departe: “Del que es, era y ha de venir”, (Ap. 1:4).
El Capítulo 12 de Apocalipsis, es la “versión del nacimiento de Jesús en el paralelo celestial”.
La virgen María es la mujer y Jesús, el Mesías, es el hijo consagrado al Trono de Dios.
En el paralelo terrenal, es Herodes el enemigo del Niño; en el paralelo celestial, es el “dragón de 7 cabezas” (el diablo), quién pretende matar al niño, “haciendo salir agua de su boca como un rio”. El “agua representa multitudes”, se afirma en Ap. 17:15. En el paralelo terrenal es Herodes quien ordena matar a todos los niños menores de dos años, con el fin de matar al Niño Jesús, “enviando una multitud de soldados para que ejecutaran su orden”. La “mujer huye al desierto, dónde es sustentada por 1,260 días”, según la versión en el paralelo celestial. En el paralelo terrenal, José y María, avisados por un ángel de Dios, huyen a Egipto, cruzando el desierto, y no regresaron hasta la muerte de Herodes, que se calcula duró aproximadamente cerca de 4 años. La batalla en el cielo, en que el “dragón es derrotado y expulsado del cielo”, se da en la entronización del Mesías Celestial. (Mateo 28:18). Los creyentes en Jesucristo, somos los descendientes del ejemplo de fe de la mujer, que somos ahora perseguidos por este enemigo de Dios.
Para terminar, quería afirmar que “el mundo no será aniquilado por el impacto” de un planeta “X”, o algún meteorito del tamaño de la tierra. Eso no está en la profecía bíblica; además que, Dios es el Protector y Sustentador de nuestro Planeta Tierra. Pero, ¡Sí!, caerán tres o cuatro meteoritos apocalípticos sobre la tierra, que ejecutarán los terribles juicios de Dios sobre la tierra y sus habitantes; eso será en la “etapa de la Gran Tribulación”. Si quieren saber la catástrofe apocalíptica que sucederá al toque de “la primera trompeta”, será un incendio forestal que quemará la tercera parte de los árboles del planeta, como consecuencia de un fenómeno de lluvia de “granizo y fuego mezclados con sangre (¿rojo?)”, que caerá del cielo. (Ap. 8:7).
En mi curiosidad, ubiqué un lugar cuyo territorio tenía aproximadamente la tercera parte de los árboles en el mundo; claro eso fue antes de los continuos incendios forestales que ya se han hecho habituales en nuestro planeta. Es un lugar silvestre, frio e inhóspito, cerca del polo norte, en las inmediaciones de Canadá, conocida como “la tierra de los osos”. Aunque es imposible pensar que se pueda quemar algo en ese lugar, pero, Dios hizo descender “fuego del cielo”, ante el llamado de Elías, que consumió con fuego la leña de madera que estaba sumergida bajo agua. Y con eso Dios demostró que era el verdadero Dios.
En fin, reitero el mensaje que sonará en los últimos tiempos:
“Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado, y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.
(Apocalipsis 14:7)
¡Lee la Biblia!
(C.A.S.) /Una interpretación bíblica y cristiana de los tiempos que vivimos