El rey sabio Salomón, en su primer acto de audiencia pública, trató el caso de “dos mujeres que decían ser la madre de un niño recién nacido; la una acusaba a la otra de haber cambiado a su hijo, pues, las dos dieron a luz el mismo día y convivían bajo un mismo techo. Pero, resulta que una de ellas al dormir, había aplastado casualmente a su niño, causándole la muerte”.
Como las dos afirmaban ser la madre, (por supuesto que una de ellas mentía), el rey Salomón ordenó a su guardia “que cortara en dos al recién nacido”, para que cada mujer se llevará un pedazo del niño en disputa. La verdadera madre estremeciéndose en sus entrañas maternales, dio voces, alarmadamente, pidiendo al rey que entregase el niño a la otra mujer, porque no quería que matasen a su hijo; mientras que la falsa madre estaba de acuerdo en que matasen al niño. (1ra. De Reyes 3: 16-28)
Esta ilustración bíblica nos alecciona en reconocer y diferenciar, entre quienes sienten verdadero amor y apego por la familia, la patria, los intereses nacionales y los sagrados deberes a cumplir; para hacer más grande a nuestra nación. Y entre quienes la traicionan, la desprecian, la vituperan, la saquean y no sienten ninguna obligación moral ni ética, a sus compromisos sagrados. ¡No todo es dinero! Hay valores más altos que el corruptor don dinero; valores como son la dignidad, la lealtad, el respeto por uno mismo y por los demás.
En la quincenal semana de Noviembre, un escandalete noticioso ha removido la “realidad virtual nacional” creada por los conglomerados y medios monopólicos, provocando reacciones y despidos en el alto mando, de las esferas del poder.
Me refiero al “destape noticioso de una súper vigilancia policial y municipal, de la ex casa de un prontuariado político y judicial, con graves faltas a ley; casa de la que nadie sabe que se cuidaba, ni de quien ordenó a quien, dicha súper vigilancia”
Lo interesante que dicho destape tuvo la cobertura de un medio periodístico emblemático, que ahora representa a un conglomerado empresarial y medio de prensa monopólica; y de una periodista otrora tiempos, una adalid de la verdad y que ahora algunos ven “como tránsfuga”, y que dirige un “canal doméstico” que se dedica casi todo el día, al denuesto y vituperio del actual gobierno.
Dicen que, cuando el General San Martín iba a proclamar la Independencia del Perú, en la Plaza de Armas de la ciudad de Lima, previamente a esta proclamación había corrido un rumor: “que todos los que asistieran a la Plaza de Armas serían fusilados”; esto provocó que la asistencia de la ciudadanía se diera tímidamente y de a poco en poco. Rumor promovido por los anti-patria y por aquellos que desde el comienzo no querían cambiar su posición dominante ni sus privilegios; por lo tanto, no querían cambiar “el sistema colonial” “por una “patria libre, soberana e independiente”. Así que el rumor es una tradición limeña y un recurso, para aquellos que quieren meterle miedo a la población, para sacar ventajas personales a costa de la desorientación de la gente.
Lo efectivo del “rumor”, con respecto al destape de “la súper vigilancia policial y municipal” de la ex casa del tal “prontuariado político y judicial”, asociado a los genios de la corrupción de los 90; es que después de corrido el rumor y de la desencadenaciòn de reacciones, nadie sabe a ciencia cierta de que se trató la súper vigilancia, ni de qué cosa era lo que se escondía en dicho condominio. Y para colmo, aunque se habla de una investigación periodística exhaustiva, nunca se vio en tiempo real y actual, entrar o salir al susodicho y oscuro personaje en mención. Vacío periodístico, llenado por los especialistas de la especulación y del rumor.
Este es el tercer enrarecido movimiento de los altos mandos policiales, al parecer con el mismo guion en la trama histórica: El primero fue el caso del ex Vicepresidente Chehade, reunido con altos mandos policiales; la segunda fue el “caso del control de la Parada”, en que vino una orden del alto mando policial que envió a los policías de choque, casi a ser víctimas o peleles de la turba delincuencial. Y en esta tercera oportunidad, en el caso de esta “súper vigilancia”; que coincidentemente como en los casos anteriores, viene una orden extraña, que concluye al final con acusaciones de los altos mandos policiales, que se mediatizan y que se verbalizan en las mismas frases usadas en estos casos: “¡Yo digo la verdad! ¡Mentiroso!, el otro.” Además, termina con la defenestración o movida del cargo, de altos oficiales.
Todo un tinglado mediático se ha dado en este último caso; los medios alineados y sus congresistas estrellas, han resaltado “una situación de facto”, de este caso de la “súper vigilancia”, agrandando el rumor y enredando a la opinión pública, entremezclando datos pasados y circunstanciales abismales con la realidad presente. Y acusando a este gobierno de la corrupción enquistada en el aparato del Estado y el Poder, herencia del gobierno de los 90; corrupción con la cual convivieron los gobiernos anteriores. Y lo triste de esta situación de facto, es que los medios no alineados e independientes, han caído en el juego o en el enredo de este escandalete; echando más leña al fuego.
Es raro que en este gobierno actual se estén dando supuestos destapes periodísticos; y en los gobiernos anteriores nadie supo ni destapò nada. Quizá este gobierno todavía no ha sido del todo sometido a esos poderes paralelos.
Lo cierto es que, para los que no hemos sido parte de la corrupción, no es difícil saber quién es quién; hasta que el corrupto se saca la mascareta. Pero, los que se encuentran sumidos en las profundidades de la corrupción y de su podredumbre, cada uno de ellos saben quién es quién.
Concluyo este artículo, considerando la bravuconada de un medio alineado televisivo, entrevistando recientemente y en vivo al reo Alberto Fujimori, burlándose de la polémica que había causado una entrevista anterior en una radio; promoviendo peligrosamente la idea de un desgobierno vigente. Y sorprendiéndome por el rostro de felicidad, de esos periodistas que consideran que han vuelto “los buenos tiempos”, de los psicosociales, la desinformación, la persecución y el chantaje mediático.
Hago un llamado a aquellos que están hundidos en la corrupción; si alguna vez fueron patriotas, idealistas, amantes de la verdad, la justicia y de su país, reaccionen; eso no es vida la que llevas ahora. No es vida vivir en sobresaltos; no es vida tener, esconder y nunca disfrutar libremente y en paz de lo que tienes. No es vida mirarte ante el espejo de tu conciencia y ver en lo que te has convertido, en una completa farsa. No es vida sentir que no vales nada por dentro; aunque exteriormente te vistas apreciablemente. No es vida difamar, hundir o matar por encargo, porque en la destrucción de las vidas y honras de tus similares, te has destruido a ti mismo, una y mil veces. No es vida, no tener honor, no sentir a la patria ni a la familia. Ahora que los poderes paralelos han hecho su lista, de los que entregará para los destapes o escandaletes mediáticos; debes reflexionar que quizá tú seas uno de ellos. Estás a tiempo de adelantarte tú a ellos. Salva y defiende a tu país en esta hora crítica de cinismo y corrupción renovada. El ser humano aunque comete errores; tiene capacidad de rectificación ¡reaccionen! Ahora es el tiempo de salirse.
Mi Dios hará juicio sobre todos ustedes; cuando todo sea desbaratado no pregunten quién es el responsable de todo esta reversión del provecho propio, a la más triste historia de calamidad personal; porque ahora saben que será la mano del Altísimo.
“…porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
(Romanos 12: 19b)
¡Lee la Biblia!
(CAS)/ César A. Salinas/ Un indignado peruano.