¿A quién elegiremos?

“Engrandécete, oh Juez de la tierra;  da el pago a los soberbios. ¿Hasta cuándo los impíos, hasta cuando, oh Jehová, se gozarán los impíos? ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, y se vanagloriarán  todos los que hacen iniquidad?

El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?  El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?

¿Se juntará contigo el trono de iniquidades que hace agravio bajo forma de ley?

… Él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los destruirá en su propia maldad…”  

(Una oración imprecatoria/Salmos 94/RVR 1960)

En estas próximas elecciones municipales  de la ciudad de Lima,  “¡yo voy a votar por la candidata honesta que hace obras  y que no roba!”; fue una de mis respuestas  a la pregunta que me hicieron unos escolares, amigos y familiares.

El sondeo o encuesta “verdad”, hecho al puro estilo del canal del pueblo RBC ( ahora internacional),  sacudió a los medios de comunicación radial, televisivo y prensa escrita locales, por un primer resultado a favor y con un gran margen de diferencia de su principal contendor, de la actual alcaldesa de Lima y ahora candidata por un segundo periodo. Esta encuesta hecha por el canal RBC, abre los teléfonos y recibe la preferencia  del ciudadano común, a favor de algún candidato; esta encuesta es una práctica de lo que es “una democracia directa”. Los conglomerados comerciales- mediáticos han protestado de alguna manera, diciendo que dicha encuesta no es científica. Científica o no, las encuestas hechas por el popular canal RBC, han acertado anteriormente en otras campañas, en la elección preferencial mayoritaria del pueblo.

Según los conglomerados comerciales-mediáticos y sus encuestadoras caseritas, que vienen dando resultados preferenciales a favor de su candidato, con un gran margen de diferencia contra los otros candidatos; afirman que ya ganó su candidato para estas próximas elecciones municipales de Lima. Pero, por supuesto, dicha afirmación no tiene nada de científica. Cuando los números que son valores exactos se alteran; cuando los encuestados son un misterio tremendo;  cuando los resultados se convienen o reflejan tendenciosamente un favoritismo por  sus empleadores; cuando el candidato despreciado o supuestamente desfavorecido numéricamente gana las elecciones; entonces, estas encuestas o encuestadoras tampoco tienen nada de científicas.

Con todo respeto y pido disculpas a los candidatos que están en campaña para el asiento municipal de Lima; por obviarlos. Pero, la ciudad ha vuelto a esa situación especial de tener que elegir nuevamente entre la reelección de la actual alcaldesa de Lima  y el principal rostro de la revocatoria, (de hace poco no más.)

Porque venimos de un proceso de revocatoria municipal con muchas anomalías, promovido por esos “poderes  ocultos”  que lograron que se desarchivara y se sacudiera de polvo, esa” revocatoria inflada” que había sido desestimada por cometer varias infracciones a  la ley electoral.

Realizado el proceso  de revocatoria y ganando “el no a la revocatoria” de la actual alcaldesa de Lima; extrañamente en el escrutinio de los votos, revocaron a casi todos sus regidores; como si al votar los ciudadanos se hubieran puesto de acuerdo para tomarse el tiempo de revocar a los regidores nombre por nombre, que integraban el gobierno municipal de la alcaldesa; (eso nadie se lo cree). Para luego, hacer una elección por nuevos regidores, para una vigencia de tiempo ridículamente corta.

Lo más vergonzoso fue  cuando la actual alcaldesa de Lima, ganó las elecciones municipales, le demoraron ex profesamente su proclamación y certificación; mientras que se trataba de convencer a su principal contendora, para que ella aceptara una victoria arreglada. Espera que no terminó, hasta que esta política decente dijo: ¡No, gracias!  ¡Sería una victoria indigna!  ¡No quiero malograr mi biografía política,  ni  personal!

Pero, ¿por qué la actual alcaldesa candidatea para ser reelegida nuevamente? Porque es legal y es su derecho democrático; eso en primer lugar. Y  su intención es terminar las obras que ha emprendido para beneficio y desarrollo de la ciudad; a pesar de esos “poderes ocultos” que han estorbado su gestión municipal utilizando a sus “sicarios-escribanos mediáticos”.

Siempre habrá intereses ocultos posesionados en esta ciudad de Lima, no nos engañemos, como los hay en otras grandes ciudades del mundo; pero, lo que no debemos permitir es que esos “poderes ocultos” quieran controlar y doblegar nuestra voluntad y libertad ciudadana de elegir y ser proactivos,  en el desarrollo y beneficio  de la vida  de nuestra ciudad.

En estas próximas elecciones municipales, elección condicionada entre la actual alcaldesa de Lima y los revocadores,  yo votaré por la candidata que hace obras que se quedaran como parte del desarrollo comercial, vial, cultural y social de la ciudad de Lima; y que  ¡no roba!

¡Lee la Biblia!

César A. Salinas (CAS)/Una opinión y decisión personal compartida.