Lo que dice la biblia de la Homosexualidad

“¿No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios? No erréis,....ni los afeminados, ni los que se echan con varones,…..Y esto eráis algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1ra. Corintios 6:9-11)

  

En esta cita bíblica, el gran apóstol Pablo, señala entre los males de la conducta humana a la práctica homosexual de la sociedad de los corintios; afirmando que ahora perteneciendo al reino de Dios, los creyentes verdaderos hemos sido rescatados de toda esas malas conductas, siendo santificados por Dios y su Hijo Jesucristo. De este mismo pasaje bíblico rescatamos, que toda persona es recuperable por el Evangelio de Jesús, aún los homosexuales que se arrepienten y se convierten a Dios.

  

También, en 1ra. Corintios 5: 12,13; el Apóstol Pablo concluye en su juicio cristiano, después de haber tratado un “caso de inmoralidad en la comunidad corintia: “Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”

  

Así pues, no es nuestro propósito condenar o atropellar derechos, porque deslindamos a la persona humana de sus conductas negativas, considerando que todo ser humano tiene derecho a tener una oportunidad de escuchar el Evangelio de Jesús, y que como cristianos, tenemos la obligación de señalar lo que está bien y lo que está mal. Además, es premisa de esta generación actual, libertina, amoral, materialista y tolerante con todo tipo de corruptela, vivir y comportarse en sus propios códigos particulares, sin importarles censura alguna, y menos aún de la religión oficial o institucional. Así que, no pretendemos normar conductas, de los que están fuera del “reino de Dios”; sino llamar a la observación de los que viven dentro del “gobierno de Dios”, y rigen sus nuevas conductas por la palabra expresa de Dios, por el Evangelio encarnado en Jesucristo y en su Iglesia Invisible, conformada por cada creyente verdadero; que discierne entre el bien y el mal y cuya conducta es una praxis continua de este Evangelio.

  

¿Cómo juzga Dios a este comportamiento homosexual?

 

Conocemos que el término original para referirse a la homosexualidad, era sodomía; y este término estaba ligado al pueblo de Sodoma, ubicado en la llanura del Jordán, en la era patriarcal. La primera alusión bíblica calificativa que aparece sobre el pueblo de Sodoma, es en Génesis 13:13; en que se afirma: “Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera”. Capítulos más adelante, en Génesis 18: 20-21, en esa teofanía angélico, Dios revela a Abraham su propósito de constatar el pecado extremo de Sodoma. En Génesis 19: 8-9; 10-11; se mide lo torcido de las preferencias sexuales de esta comunidad sodomita, y de su terca obsesión, pues, aunque quedaron ciegos físicamente, todavía intentaban entrar a la casa de Lot, para cometer su perversión contra los visitantes angelicales. Acto seguido, Dios destruyó con fuego y azufre a esta comunidad sodomita; expresando su juicio y poniendo en claro su voz. Esta práctica sodomita a los ojos de Dios, es un pecado extremo y recibirá condenación divina. Génesis 19:24,25.

 

En la Ley Mosaica, Dios declara: (Levítico 18:22), “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”. (Deuteronomio 23:17), “….ni haya sodomía de entre los hijos de Israel….”.

 

El origen y carácter homosexual

 

Según la hipótesis psicológica, que es la más aproximada, el origen de la conducta homosexual se debe a una desorientación de la identidad sexual; y a traumas familiares y sociales, sutiles y violentos, que han influenciado con fuerza, victimizando e iniciando esta problemática conductual homosexual, en el individuo.

 

La hipótesis sociológica explicará que la conducta homosexual se origina, como consecuencia y reflejo de la actual sociedad contemporánea, carente de parámetros morales y víctima de sus propias libertades. También, se explicará sociológicamente, que la conducta homosexual, es la imitación y aceptación de comportamientos, modelados por una campaña masiva psicosocial del Movimiento Homosexual a nivel Mundial, que cada vez más se mediatiza.

 

La hipótesis médica del desequilibrio hormonal, sobre el origen homosexual, en la actualidad ha perdido vigencia.

 

En el primer capítulo de la Epístola a los Romanos, que es el único pasaje bíblico en toda las Santas Escrituras, que toca el tema del origen y carácter de la homosexualidad, se explica que el origen homosexual, es debido a un eclipse moral-espiritual en la conciencia humana, provocado por el distanciamiento de Dios mismo, de este tipo de personas, que particularizan la idea de Dios, ofendiendo y rebajando la imagen divina, (Romanos 1:21, 22, 23, 24,25); poniéndose bajo la Ira de Dios. “Como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó (abandonó) a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:28). Hay una luz providencial de parte de Dios, que establece una línea limítrofe de pudor y moral natural en la conciencia de todo ser humano; pero, ese rayito de luz se va, cuando los ateos prácticos, (los que viven como si Dios no existiera), niegan la existencia de Dios y particularizan la idea de Dios, distorsionando su dignidad e imagen divina, en su habladuría cuya base es el desconocimiento teológico, bíblico y testimonial, acerca de Dios. Dios es una verdad absoluta, no cambia, no se relativiza, no se subordina a una concepción ideológica ni religiosa; el verdadero Dios, siempre será “otro”, muy distinto a lo que nos imaginamos de Él. (Isaías 55: 8,9)

 

Los homosexuales se caracterizan, según “Romanos”, por su obsecuente particularismo en su comprensión de sí mismos, de Dios y de la vida. En ese particularismo obsecuente, el hombre homosexual dice, que es mujer, pretende ser mujer, o que pertenece por creación a un tercer sexo. Esperando y demandando ser reconocido y aceptado así.

 

Opiniones de Juicio y Tolerancia sobre la homosexualidad

 

La sociedad contemporánea en el mundo, es excesivamente tolerante con este fenómeno homosexual, que se promueve mediante marchas, personajes públicos, libros, artistas, posturas intelectuales y de religión sincrética, que sorprende por su crecimiento, desenvolvimiento mediático y porque copa casi todos los espacios sociales. En esa excesiva tolerancia, se legaliza “matrimonios homosexuales” y se dan leyes de “convivencia compartida”, para uniones contractuales homosexuales; y se utilizan términos de “opción”, “sexualidad”, “libertad”, “derecho”, “tolerancia”, para justificación de esta conducta homosexual.

 

Este criterio de tolerancia aparentemente es muy positivo; pero se obvia la realidad que es parte del entorno de estas conductas homosexuales.

 

• Dentro de esa realidad, está el término “sodomía”, que está penalizado y describe los delitos de esta índole. (Deslindar ¿qué es derecho y qué es delito sexual?)
• La pedofilia que escandaliza en el momento actual, en el ámbito eclesiástico, muchos de esos casos, son cometidos por personas homosexuales.
• Por todos es sabido que en su mayoría, los homosexuales fueron iniciados abusivamente, quedando infectados psicológicamente, predeterminándose conductas erráticas en el individuo victimizado.
•  Seducción y tendencia híper- promiscua, son parte del espíritu homosexual.
• Arrebatos de frustración, violencia y crimen, son parte de historias homosexuales.
• Enfermedades mortales se focalizan, azotan y consumen las vidas de estas personas

 

Además de legalizar uniones, la ley debe normar esta problemática conductual homosexual, que por cierto se colectiviza con su entorno más inmediato. La ley está echa para salvaguardar derechos de la persona humana, es cierto; pero también de guardar el derecho de la comunidad circundante, delineando el orden y la seguridad de las demás personas naturales, especialmente de nuestra infancia. Sabemos que recién a los 12 años de edad, los niños definen su identidad sexual. ¿Qué queremos con estas leyes permisivas y mediatización masiva del fenómeno social homosexual? ¿Animar o consagrar a la generación venidera a que se asimile a esta mal llamada “opción homosexual”?.

 

Premisas Cristianas Concluyentes sobre la homosexualidad

 

1. El homosexualismo es un pecado extremo, propio de la naturaleza pecadora del ser humano y reacia a la Ley de Dios. En 1ra. Corintios 6:9; se afirma que la práctica homosexual está fuera del “reino de Dios”.
2. Como persona humana, los homosexuales son llamados a arrepentirse y dejar su pecado de homosexualismo, para vivir según el Evangelio de Cristo y dentro del “reino de Dios”. (1ra. Corintios 6:11)
3. La Ley de Dios, ratificada por Cristo, consagra el matrimonio de genero hetero-sexual, enseñando: “¿No habéis leído que El que los hizo al principio, varón y hembra los hizo……Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4-5). Esta unidad corporativa natural, ligada al matrimonio hetero-sexual, y bajo la bendición de Dios, se extiende a la familia; sana en su origen y base de toda sociedad civilizadamente organizada.
4. “¿Iglesias gay?”; “¿Matrimonios religiosos gay?”; son connotaciones noticiosas que realmente crean un laberinto para la comprensión popular del concepto “iglesia”. Popularmente llamamos iglesia a un edificio, a una jerarquía organizacional o a un grupo asociado local, regional o nacionalmente, con fines sociales y religiosos. Pero, ignoramos que hay una Iglesia Invisible, que representa el Cuerpo Místico de Cristo en la tierra, cuya jefatura está en Cristo mismo y a la cual conforman cristianos verdaderos de todas las razas y de todos los tiempos, cristianos verdaderos que se saben parte de los huesos, la sangre y la carne de Cristo, y que como pequeños cristos, proclaman “el gobierno de Dios”. (Efesios 5: 29, 30,32). Una “iglesia” puede llamarse de cualquier manera, pero recuerden lo que sentenció Cristo: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,…. Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23)
5. La verdadera Iglesia de Cristo, como enseñó el Maestro Divino, llama a los pecadores, al arrepentimiento, (Mateo 10:12,13); en esa labor evangelistica y pastoral, muchos casos de personas atadas por el pecado del homosexualismo han sido liberados e incorporados a la iglesia como nuevos creyentes. Existen modestos ministerios evangelizadores, que se dedican a ganar a estos pecadores para Cristo.
6. Pero no debe confundirse; una cosa es la misericordia y el amor, para con estas almas perdidas, y otra cosa es la justicia de Dios y la verdad; no se puede ayudar irresponsablente a estas personas, dejándoles sin una guía, control y supervisión. Un pastor capacitando a su equipo evangelizador, pautaba: “tengan cuidado con el demonio seductor de los homosexuales; Jesús enseñó ir de dos en dos, hacia el rescate de las almas y el anuncio del “reino de Dios”. (Lucas 10:1)
7. ¿Debemos rechazar, condenar, marginar a los homosexuales? El gran apóstol Pablo enseñaba a la Iglesia de Corintio: “….sería necesario salir del mundo…”, si no quisiéramos tener que ver con todas las malas conductas que nos rodean; y por supuesto eso sería absolutamente erróneo. “Más bien… (decía Pablo),…no os juntéis con ninguno que llamándose hermano, fuere fornicario,……, con el tal ni aun comáis.” (1ra. Corintios 5:10,11). Dentro de la Iglesia, dentro del reino de Dios, es intolerable el homosexualismo y todo tipo de pecado. A los que están fuera, “Dios juzgará”.

El homosexualismo es una consecuencia de la distancia especial que Dios ha establecido con este tipo de personas que practican este pecado; no es que el hombre se aleja de Dios cada vez más, sino que Dios está tomando distancia de esta generación “sodomita”, por lo que se hace evidente no solo el crecimiento de la población homosexual sino además, la practica homosexual, so-pretexto de la denominada “opción sexual”.

 

¡Viene juicio de Dios!, hacia aquellas naciones que promueven y legalizan, la “sodomía” en su población.

 

En la Epístola del Apóstol San Judas, encontramos, que no solamente la ciudad de Sodoma, sino además sus similares Gomorra y las otras ciudades pequeñas, fueron destruidas igualmente, por el mismo juicio de Dios; es decir, promotores sodomitas e influenciados, recibieron el mismo castigo. Está escrito así: “Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, (Adma y Zeboim; Gn. 14:2) las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestos por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. “ (Judas versículo 7)

 

¡Lee la Biblia!