Los Apocalipsis del Año 2012
Cuando se habla de supuestos eventos futuros que tienen que ver con el aniquilamiento o continuidad de la especie humana y su mundo; diferentes cosmovisiones religiosas, filosóficas y científicas, aportan sus premisas hipotéticas, ideológicas y de creencias, para responder a esta incógnita acerca del fin de este sistema de cosas que conocemos hasta hoy. En fin, dos cosmovisiones se perfilan en este respecto, una cosmovisión cíclica del mundo, en el sentido filosófico de que cada cierto tiempo o periodo, se van repitiendo las mismas historias del mundo, en un ciclo de destrucción y reconstrucción, de vida y muerte, de amor y odio, de guerra y paz. La otra cosmovisión es lineal, es decir, el mundo tuvo un comienzo definitivo y tendrá un final ineludible; esta cosmovisión es más próxima al cristianismo bíblico. La autoridad científica en estos temas, se esforzará por mantener el equilibrio entre la hipótesis, la especulación y la ciencia cierta. Y los que evitan recurrir a la autoridad de la Biblia, inevitablemente forzarán interpretaciones esotéricas, basándose en “calendarios mayas”, Nostradamus y en algún personaje versado en estos temas escatológicos.
El 5 de Mayo del 2005 ya hubo una alineación de los planetas: entre la Tierra, la Luna y el Sol, con Marte, Mercurio, Venus, Saturno y Júpiter; fenómeno cósmico que duró aproximadamente 9 horas y que coincidió con una lluvia de meteoritos (de los restos del cometa Halley, que visitan la tierra cada año, a principios de Mayo) Y el 5 de Mayo del 2000, se produjo un similar fenómeno de alineación de los planetas.
Cuando el hombre toma conciencia de su insignificancia y de su finita existencia, frente al inmenso universo, solo le queda sobrecogerse y exclamar como el Salmista:
“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”. (Salmos 8:3,4)
Desde la perspectiva del ateísmo, el movimiento del cosmos y de esta pequeña partícula de polvo cósmico llamado planeta Tierra, se da de manera casual y automático; así que, nuestro destino planetario depende del azar en cada movimiento cósmico.
Pero, desde la perspectiva teísta, perspectiva de la fe cristiana, hay un Dios Grande que controla todos los movimientos de este inmenso y complejo cosmos; y que durante millones de años, este Dios Grande es el soporte de toda su creación. Midiendo la inmensidad de Dios, un Salmo expresa: “El cuenta el número de las estrellas, a todas ellas llama por sus nombres.” (Salmos 147:4)
En términos de fe y de incredulidad, mirando al supuesto apocalipsis del año 2012, tendremos que pensar si nos aniquilará el azar, la casualidad; o si existe un Dios Grande, al cual nada se le escapa de su control soberano.
Desde la autoridad y veracidad de la Biblia, como Palabra de Dios, debemos rescatar la visión apocalíptica del final del tiempo para este, nuestro mundo.
En primer lugar, el vocablo griego “apocalipsis”, significa “revelación”, y está relacionado con el libro juanino, que trata con toda la revelación que Jesucristo quiso alcanzar a su Iglesia, acerca de los eventos finales del mundo y de su inminente retorno a la tierra. Este libro es un compendio de todas las visiones apocalípticas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Esta afirmación de que el supuesto apocalipsis o final de la historia de la humanidad, el 21 de Diciembre del año 2012, contradice lo que está escrito y dicho por Jesucristo: “Pero de el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.” (Mateo 24:36).
La aniquilación del planeta según el apocalipsis bíblico, no será instantáneo, inmediato; sino que se dará en un proceso gradual destructivo, cuya etapa inicial se le conoce como el Periodo de la Gran Tribulación, y que es simbolizado en el libro del Apocalipsis, con el toque de las 7 Trompetas. (Apocalipsis 8:6)
Por lo menos son 4 Meteoritos o Cometas Apocalípticos que caen sobre la tierra, en esta etapa de Gran Tribulación, según se describe en Apocalipsis 8: 7, 8, 10; 9:1. Además, se menciona un fenómeno cósmico en el sol, la luna y las estrellas, que opacarían la tercera parte de su luz o brillo. (Ap. 8:12)
El “anticristo” ¿será un sistema o un personaje?; será ambas cosas. Será un personaje traído por el enemigo de Dios, y que establecerá un sistema anti-Cristo, anti-Dios, anti-Biblia, anti-Evangelio, anti-Iglesia y anti-Valores Cristianos. Su aparición y brevísimo gobierno sería una señal evidente del fin del mundo. El perfil bíblico que se señala de este enviado de las tinieblas, es la de un líder mundial; y hoy están dadas las condiciones en este mundo globalizado, para que este liderazgo sea posible. Además, esta actual crisis del sistema económico capitalista y especulador, irresuelto y carente de un idóneo destrabamiento de las economías mundiales, es otra condición. (Apocalipsis 13:11 al 18).
En la película de estreno “El Año 2012”, que trata sobre este supuesto apocalipsis esotérico, lo selectivo es la parte más dramática en esta película, porque son los propios seres humanos que deciden “quienes son lo mejorcito de la humanidad”, que deben ser preservados para un supuesto nuevo mundo. Por supuesto, los que seleccionan son los que tienen el poder de turno; estos gobernantes actúan con mezquindad, cobardía y humanidad, optando por vivir ellos, aunque una muchedumbre de gente tenga que morir; ocultando información básica a los pueblos y asegurando cupos de pasajes a los ricos, para el “arca moderna de salvación”.
En el Apocalipsis Bíblico juanino, Dios mismo en su capacidad y juicio selectivo, señala a los que son dignos de salvación eterna; diferenciándolos con “el sello de Dios en sus frentes”, para que estos escogidos sean protegidos y sobrepasen la Gran tribulación. (Apocalipsis 7:1 al 3; 9:4).
Volviendo al comentario sobre la película “El Año 2012”, es positivo el mensaje del espíritu de lucha y persistencia humana, que enfoca esta película, aferrándose a la vida y a su continuación como especie humana, en medio de tamaño cataclismo universal; y su visión optimista de un mundo que se puede reconstruir, siempre y cuando hayan seres humanos todavía sobre esta tierra. Además, es interesante el medio que utilizan para salvarse, un arca moderna, con tecnología de punta, que ellos mismos se construyeron sin la orden de Dios, y que esperan salga aflote en medio de cualquier cataclismo.
Esta evocación al “Arca de Noé”, como medio de salvación y preservación de las especies terrestres, en la película; coincidentemente es análoga a la alusión que hace Jesucristo en su discurso escatológico, cuando menciona a la generación de Noé, que sufrió el Diluvio Universal como castigo divino. (Mateo 24:37 al 42). Una de las reflexiones que debemos tener presente, es sobre la maldad que marcó el carácter de la generación de Noé, esta maldad fue “la violencia generalizada” que ensangrentaba el planeta, (Génesis 6:11 al 13) e hizo que Dios mostrara el pesar de su corazón, en esta frase antropomórfica: “…pues me arrepiento de haberlos hecho.”(Génesis 6:7b).
Esta generación presente del siglo XXI, se asemeja a la generación de Noé, porque cada día está siendo marcada por la violencia; ese desprecio a las vidas de los semejantes se ha hecho típico del carácter actitudinal de esta generación. En las noticias de cada día, ya se ha hecho común el hallazgo de cuerpos descuartizados en las inmediaciones de la ciudad. El abuso, explotación y crimen de menores. Los conflictos raciales que sangran las historias de ciertas regiones del planeta. Las “ideologías de muerte”, marginales y primitivas , que esperan que después de la aniquilación de la sociedad actual, surja una nueva. Los clanes de sicarios urbanos y rurales, empleados asalariados de las empresas del vicio , que barren vidas humanas de civiles y de las fuerzas del orden, para mantener sus rutas alternas de corrupción. Los parricidios, los crímenes pasionales, las barras asesinas y pandilleras. La violencia anómala en el círculo familiar. La violencia empleada por los gobiernos corruptos para reprimir y encubrir intereses cruzados. El crimen organizado que toman por asalto la ciudad, que secuestran interrumpiendo la cotidianidad de las familias, que roban y saquean las esperanzas de las personas trabajadoras que a duras penas han ahorrado para un mañana mejor. Los traficantes de armas que azuzan los rumores de guerras entre una nación y otra. Y el peor de los crímenes que vienen de las híper-industrias depredadoras y contaminantes del medio ambiente, que a sabiendas, desprecian la existencia presente y futura de los pueblos y del planeta, por su aprecio desmedido a la ganancia lucrativa del día a día. Las híper-industrias propagandistas de enfermedades, con el fin de colocar sus remedios en el mercado internacional, jugando con las expectaciones de los pueblos y los gobiernos del mundo. Y por último, el actual sistema económico de libre mercado, que hasta ahora solo ha privilegiado a los ricos y ha mantenido postergado a una gran mayoría en el planeta, porque el desarrollo de los países pobres ¿dónde está?.
Todos estos factores son indicadores de que la violencia se ha generalizado y que el desprecio a la vida del semejante, es una constante en la historia presente.
Y mientras esta violencia se expresa en las regiones del mundo; los desastres naturales recurrentes, anuncian al hombre los juicios de Dios; aunque como la generación de Noé, la nuestra es igual de imperceptiva a esa justicia divina.
En palabras de Jesucristo, el Apocalipsis Bíblico se cumplirá inevitablemente, tal y como el anciano Apóstol Juan lo ha descrito; Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran”, (Mateo 24:35). Y Juan escribe: “He aquí viene con las nubes, y todo ojo lo verá,..” (Apocalipsis 1:7a)
¿Cuándo, en Diciembre del 2012? ¡No!; puede ser en cualquier momento. La pregunta que debiéramos hacernos es: ¿Somos la última generación? ¡No lo sabemos! Pero, hay una voz de alerta vigente que dejó Jesús: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”. (Mateo 24:34)
Y ante tanta injusticia, maldad y violencia; el clamor de los sencillos seguidores de Cristo es: “¡Ven!, Señor Jesús”. (Apocalipsis 22:17). Y trae consuelo a las naciones en aquella ciudad limpia, donde está asegurada la vida y la sanidad; ciudad cuya única luz no será más la del sol, sino la del rostro del Señor y en la que no caerá ninguna maldición, y se estrecharan lazos fraternos entre todos sus habitantes y su Dios. (Apocalipsis 22:1 al 5)
(Articulo colgado el 27 de Noviembre del 2009)
¡Lee la Biblia!
César Augusto Salinas (CAS), Pastor-Misionero, Maestro Bìblico de Educación Cristiana
Clasifíquese el presente artículo como: Opinión Cristiana Apologética y Escatológica.
Nota.- Las citas bíblicas utilizadas en el presente artículo son de la Versión Reina-Valera (Revisión 1960), de la Biblia de Referencias de Estudio Thompson, de la Editorial “VIDA”, 1987
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