La Paráfrasis Popular en el discurso inaugural del ALC-UE de Lima, Perú, por el Presidente Alan Garcìa, fue inadecuada en su aplicación contextual. Aseveraba esta paráfrasis “que Adán al arrancar la manzana, destruía de esta manera la naturaleza, así que, Dios lo expulsó del paraíso, por carecer éste de tecnología...” En primer lugar, “extraer con la mano un recurso natural para satisfacer la necesidad primaria de alimento”, es una manera natural y limpia (no contaminante), de extracción de nuestros recursos naturales. En segundo lugar, al contrario, es la tecnología y su uso indiscriminado, la que impulsa a las híper-industrias , especialmente , por ejemplo, a las extractivas de metales y petróleo, quienes híper-contaminan el medio ambiente y desforestan pueblos de su geografía, en el procesamiento de explotación de estos recursos naturales y producción en serie, que comercializan en el híper-mercado transnacional, con la venia de los híper-gobiernos, que exponen a su país como un híper-mercado de materia prima y de servicios, abierto indefinidamente para los híper- capitalistas de la aldea global.
En el contexto actual, de advertencias sobre una “Crisis Alimentaria” y “Cambio Climático”, que se agravará en un futuro casi inmediato, y que ha sido notificado a los habitantes de este planeta, en esta V Cumbre de ALC-UE; la historia bíblica de “Adán y la Manzana”, debería parafrasearse de la siguiente manera, con el fin de sacar algunas lecciones aplicables a nuestras historias y desafíos presentes. “La manzana”, o mejor dicho, “el fruto prohibido”, era la idea de reserva de alimento, que Dios quiso plasmar en el pensamiento del hombre. “De todo árbol del huerto podrás comer”, (incluyendo “el árbol de la vida”), dijo Dios al hombre, “menos de este árbol prohibido”; estableciéndose un acuerdo entre Dios y el hombre. Pero, el hombre cometió un desacato al acuerdo entre él y Dios, comiendo dicho fruto que fue señalado como una reserva de alimento para después, y cegado por la abundancia del momento, no le importó el mañana.
Si a nosotros nos importa este inminente futuro inmediato de “crisis alimentaria”, es necesario políticas de gobierno y señalamiento de segmentos de reservas agrícolas, no comerciable al extranjero, en los cuales, la inversión nacional, aseguren el consumo y la sobrevivencia de nuestro país y sus hijos. Ahora es el tiempo, estamos en una gran abundancia, el Estado debe invertir en crear y desarrollar industria agrícola, y pensar en grandes reservas de zonas agrícolas, que aseguren el futuro alimentario de nuestra nación.
Para terminar, también opino, que los acuerdos que han sido tomados para ejercer voluntad desde la instancia ejecutiva del gobierno, para desacelerar “el cambio climático”, provocado principalmente por la actividad humana, en el desarrollo de sus híper-industrias contaminantes y destructoras del medio ambiente; no sea quebrantado. Oramos a Dios, para que la voluntad del gobierno sea férrea en estos acuerdos, y no se doblegue ante la seducción de los híper-capitales extranjeros.
Al final de cuenta, no comeremos metal, ni petróleo, cuando la crisis nos alcance, y tampoco podremos sobrevivir en una tierra inhabitable.
(C. A. S.)
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